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Rodrigo Rato, Presidente De BankiaBANKIA
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Mantener su puesto en la presidencia de Bankia era el principal objetivo de Rodrigo Rato con la salida a bolsa. Así lo cree la fiscal del caso, Carmen Launa, que expone estos días en la Audiencia Nacional la justificación de su acusación a quince encausados por el debut bursátil de Bankia. Por esa razón el entonces presidente de Bankia no quiso nacionalizar la entidad, que "habría supuesto la pérdida de su situación de privilegio y de poder".

"La [posible] pérdida de control [del banco] fue el detonante para mantener la opción de la salida a bolsa", aseveró la fiscal durante la sesión del martes del juicio, la segunda desde que se retomó el proceso tras el verano. Según expuso, los gestores de la entidad pudieron elegir otra opción para Bankia, como la recepción de ayudas públicas por parte del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), pero prefirieron no hacerlo para mantener tanto el control como sus puestos.

En todo caso, tanto la iniciativa como todas las decisiones que tuvieron que ver con la salida a bolsa las tomó el consejo de administración de la entidad y, particularmente, Rato, el exvicepresidente José Luis Olivas y el ex director financiero Ildefonso Sánchez Barcoj. Para el también exministro pide ocho años y medio de prisión por estafa a inversores y falsedad contable, para Olivas cinco años por el segundo delito y para Sánchez Barcoj dos y medio por el primero.

La fiscal, además, cree que entre los gestores de la entidad llevaron a cabo un "menosprecio" al "cúmulo de situaciones que alertaban sobre la salida a bolsa". Launa se refiere, principalmente, a tres elementos que, en su opinión, debieron parar los pies a los gestores de la entidad a la hora de sacarla al mercado.

SEÑALES DE ALERTA

La primera señal de alerta debió ser el bajo precio de salida a bolsa. A la hora de lanzarse al mercado, la compañía que quiere cotizar debe establecer un precio, que realmente es fijado por las entidades que dirigen la colocación.

En el caso de Bankia, aunque inicialmente se fijó una horquilla de entre 4,41 y 5,05 euros por acción, se llegó a la conclusión de que no se vendería a más de 3,75 euros, que fue el precio final. Este importe conllevaba un descuento del 75% respecto a su valor en libros, algo que durante el juicio se calificó de "bestialidad" desde el Banco de España.

También debió hacer pensar a los gestores, en opinión de la Fiscalía Anticorrupción, el hecho de que los inversores extranjeros no mostraran demasiado interés en acudir a la salida a bolsa.

De hecho, esta circunstancia fue uno de los detonantes de que BBVA rechazara comprar acciones en esta operación, según relató su entonces presidente, Francisco González, a su paso por el juicio. "Cuando nos invitaron a participar en la OPS de Bankia nos salía un precio muy por debajo del de la colocación, pero los precios siempre son subjetivos, así que buscamos un hecho objetivo: cuáles eran las órdenes en el libro de inversores internacionales y eran cero. Fuimos implacables, dijimos que no podíamos entrar", manifestó.

El hecho de que los gestores de Bankia tuvieran que ejecutar "maniobras" para colocar acciones entre determinados inversores también anticipaba el fracaso de la operación, de acuerdo con Launa. Entre esas "maniobras" se encuentran "contratos que cubrían eventuales pérdidas del accionista con el independencia del valor de la acción", como el que, según se ha desvelado a lo largo del juicio, la entidad firmó con Gestamp, pero también las compras de acciones por parte de clientes de la entidad que tenían operaciones refinanciadas.

"Si estaban refinanciando sus propios créditos, difícilmente tendrán solvencia para invertir en Bankia", reflexionó la fiscal. También destacó Launa el hecho de que el banco tuviera que recurrir a una "comercialización agresiva" y "casi exclusiva" a través de su propia red comercial.

PRESTIGIO

No es la primera vez que desde la Fiscalía Anticorrupción se acusa a Rato de forzar la salida a bolsa para mantener su prestigio. El fiscal jefe, Alejandro Luzón, que fue, precisamente, el encargado de terminar el interrogatorio al expresidente de Bankia durante este juicio, alegaba en su escrito de acusación que en la salida a bolsa "confluyeron intereses públicos de autoridades económicas de evitar un nuevo esfuerzo económico a los ciudadanos españoles con los privados de los administradores de Bankia de conservar sus puestos", según recogía en el momento El Independiente.

Además, indicaba que el expresidente de Bankia utilizó su "prestigio" de responsabilidades pasadas en el Gobierno (ministro de Economía y vicepresidente económico) y el Fondo Monetario Internacional (director gerente) para engañar a los inversores que acudieron a la salida a bolsa.

Bankia debutó en el parqué el 20 de julio de 2011 y menos de un año después su presidente se vio obligado a dejar la entidad, dando paso a un nuevo equipo directivo, que dio un giro completo a la gestión del banco. Las circunstancias de su salida del banco han sido muy comentadas a lo largo del juicio, sin que se pueda llegar a una conclusión debido a las versiones contradictorias que se han dado sobre la misma.

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