A los dolores de cabeza que ya tiene el sector bancario se ha añadido el coqueteo de las grandes compañías tecnológicas con los servicios minoristas como plataformas de pago o monederos digitales. El amago de los gigantes de Silicon Valley de disputarle terreno a la banca tradicional mantiene a las compañías en alerta, pero muchas corporaciones financieras encuentran en las fintech un aliado natural para hacer frente a esta nueva amenaza.
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Numerosas firmas de análisis consideran que bancos, aseguradoras, gestores de activos y brókers perderán cuota de mercado frente a los nuevos servicios ofertados por las grandes tecnológicas (Amazon, Apple, Facebook, Google o Alibaba) pese a sus esfuerzos por acelerar su presencia en las plataformas digitales.
Adaptarse a las exigencias del mundo 2.0 "no es fácil" para las entidades tradicionales. "La digitalización requiere una alta inversión inicial y elevados costes de mantenimiento con un resultado incierto", indican los expertos. Por este motivo, las empresas del sector fintech se reivindican como el matrimonio perfecto de los bancos para hacer frente a esta competencia. "La nuestra es una relación de simbiosis y estamos preparados para ayudar a la banca a competir de igual a igual con los gigantes tecnológicos", expone Eylem Özen Bastürk, jefa de desarrollo de Cbot.
Junto a otros profesionales de banca y fintech que se han citado esta semana en Barcelona, durante una conferencia de la European Financial Management Association (Efma), identifica a estas compañías como un peligro potencial. "Sus ventajas frente a las entidades financieras se basan en que tienen experiencia optimizando la experiencia de usuario y en que pueden hacer crecer rápidamente su cuota de mercado", explican los profesionales.
En definitiva, las llamadas 'Big tech' constituyen una amenaza que puede quebrar el 'statu quo' del sector en el medio plazo. Por volumen juegan en la liga de los principales bancos mundiales, por lo que en un reciente informe de de PwC se les considera como "dragones cuyas mandíbulas constituyen una amenaza que puede llegar a quebrar en el medio plazo el 'statu quo' del sector".
En este sentido, los bancos mundiales tienen unos activos de 84,24 billones de dólares, es decir, 66 veces más que los de las ocho grandes compañías tecnológicas (Apple, Microsoft, Google, Amazon, Facebook, Alibaba, Paypal y Ebay) y su patrimonio es 10 veces superior. Sin embargo, el valor en Bolsa de estos ocho gigantes tecnológicos es de 4,7 billones de dólares, muy cercano a los 5,4 billones de todos los bancos mundiales, y estas compañías, "sinónimo de modernidad, éxito y buen servicio", cuentan además con ventaja en términos de reputación, que en el caso de los bancos tradicionales se vio erosionada por la crisis económica y financiera.
Fuentes del sector reconocen a Bolsamanía que, por todos estos motivos, están en guardia ante estos nuevos jugadores. No obstante, aclaran que se encuentran "evaluando su impacto y valorando formas de colaborar con estas compañías". La proactividad a la hora de llamar a su puerta y ofrecer a empresas como Facebook los servicios financieros de corporaciones con experiencia y, sobre todo, licencias en todo el mundo, es otra de las estrategias que sopesa el sector, explica Seon M. Ahn, director de comercio digital de Standard Chartered.
El problema puede surgir cuando las prácticas de los gigantes tecnológicos representen un incremento significativo del riesgo del sistema, ya sea a través de la concesión de créditos o de la comercialización de productos financieros. Ante este escenario, Seon aclara que para empresas como la de Mark Zuckerberg será "mucho más fácil llegar a acuerdos con uno o varios bancos que ya estén regulados en diversas partes del mundo que embarcarse en litigios con los supervisores de los mercados de cada país".
EL DIQUE DE CONTENCIÓN DE LA REGULACIÓN
Un reciente informe de PwC señala que la evolución de la regulación y su intersección con el proceso de digitalización por el que atraviesa el sector financiero serán los dos factores clave que determinen, en los próximos años, la llegada o no de grandes jugadores ajenos a la banca.
El tratamiento regulatorio que reciban los nuevos competidores de los bancos cobra importancia en este escenario, expone la consultora. Por este motivo, las empresas del sector de la tecnología posiblemente eviten crear productos financieros y se limitarán a ofrecer servicios al por menor, como pasarelas de pagos o carteras electrónicas.