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La compañía energética E.On se apuntó un beneficio neto atribuido de 1.017 millones de euros en el ejercicio de 2020, lo que representa una contracción del 34,4% en comparación con el año 2019, debido al impacto de los atípicos, según indican las cuentas anuales que ha publicado la empresa alemana este miércoles.
En 2019, las operaciones sin continuación incrementaron las ganancias netas atribuidas en 1.063 millones de euros, mientras que el impacto durante 2020 fue negativo en 40 millones. Si no se tiene en cuenta esta variable, los beneficios de E.On fueron de 1.310 millones de euros, frente a los 729 millones de 2019.
El consejero delegado de la compañía, Johannes Teyssen, asegura que la pandemia no implicó "ningún impacto significativo" en la empresa, aunque reconoce que "puso muchos modelos de negocio bajo un examen severo".
Las ventas entre enero y diciembre experimentaron un incremento de algo más del 49%, hasta 60.944 millones de euros, como resultado de la inclusión en las cuentas de Innogy para el total del ejercicio por primera vez.
SUS CUENTAS AL DETALLE
Según las áreas de negocio, la rama de soluciones para clientes finales creció un 52%, hasta 48.342 millones de euros y el segmento de redes energéticas se elevó un 51%, hasta 18.284 millones de euros. Por su lado, la división de renovables despareció de las cuentas por su venta, tras unos ingresos en 2019 de 948 millones de euros, y el segmento de negocios no estratégicos hasta los 1.388 millones de euros, lo que representa un aumento del 18%.
El coste de los materiales durante 2020 ascendió a 47.147 millones de euros, un 50% más, mientras que los gastos de personal avanzaron hasta 43%, hasta 5.866 millones de euros. El resto de gastos operativos ascendieron a 10.919 millones de euros, un 44% más, mientras que el impacto de la depreciación y amortización representó un 67% más, lo que suponen 64.166 millones de euros.