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El carbón tiene los días contados en Compostilla y Andorra. Endesa ha oficializado ya su decisión de cerrar sus centrales en León y Teruel y, a la espera de que el Gobierno dé su visto bueno, ha puesto sobre la mesa un plan para que la economía de ambas regiones no se resienta. La energética prevé invertir 1.040 millones adicionales en proyectos renovables para asegurar la transformación de ambas regiones después de décadas ligadas al carbón.

En concreto, Endesa prevé instalar 1.000 megavatios (MW) solares en la zona de la central de Andorra, y está estudiando las ubicaciones para acoplar otros 300 MW fotovoltaicos cerca de Compostilla. La inversión se divide en 800 millones para los proyectos de Teruel y 240 millones para los de León.

Estas inversiones son parte de lo que la energética ha llamado ‘Planes de Futuro’, la hoja de ruta para el cierre de ambas centrales y que establece también la protección del empleo de los más de 300 trabajadores de las plantas de Andorra y Compostilla.

Fuentes de Endesa señalan a este medio que los empleados participarán en los trabajos de cierre y desmantelamiento de las centrales. Compostilla y Andorra dejarán de operar en 2020 y el desmantelamiento, para el que la compañía ha provisionado 178 millones, durará entre cuatro y seis años.

Más allá del desmantelamiento, Endesa se ha comprometido a contar con sus trabajadores y dar prioridad a las empresas auxiliares de cada planta para el desarrollo de los nuevos campos eólicos y solares o a reubicarlos en otras instalaciones en función de sus perfiles.

LEÓN Y TERUEL, LA MITAD DEL ‘CAPEX’ RENOVABLE

El impulso renovable en estas dos regiones tras el cierre del carbón se lleva la mitad de los 2.000 millones que Endesa ha fijado como ‘capex’ en nueva potencia ‘verde’ en su plan estratégico con horizonte 2021.

A los 1.000 MW ‘verdes’ adicionales se suman los proyectos eólicos que la compañía ya tenía en su hoja de ruta y que van ligados a la potencia subastada por el Gobierno en 2017. En el caso de Teruel, la energética instalará 513 MW eólicos, para los que destinará 500 millones. En el de León, invertirá 20 millones para poner en marcha otros 20 MW eólicos.

En total, la compañía invertirá 1.560 millones en proyectos renovables en León y Teruel que ayudarán a la transformación de la región en plena descarbonización de la economía para cumplir con los objetivos medioambientales suscritos por la Unión Europea para 2030.

IMPULSO DEL BEI

La energética que preside Borja Prado se adjudicó casi 879 MW en las subastas de nueva potencia renovable celebradas en 2017. Para ponerlos en marcha -tienen que entrar en operación antes de 2020-, destinará una inversión de 800 millones y ha conseguido que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) le otorgue el primer Préstamo Verde que concede para financiar una parte.

En total, la institución pondrá 335 millones para la construcción de 15 parques eólicos (446 MW) y tres campos fotovoltaicos con una potencia de 339 MW, toda la que se adjudicó en las subastas del año pasado. Además de Aragón y Castilla y León, los fondos del BEI se destinarán a los proyectos que se están desarrollando en Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia y Murcia.

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