Era una de las medidas estrella del Gobierno de Pedro Sánchez hasta que estalló el estado de alarma por el coronavirus. La Ley de Cambio Climático iba a presentarse en los 100 primeros días del Ejecutivo de Coalición entre PSOE y Unidas Podemos. Es decir, antes de que concluyese el mes de marzo. Sin embargo, la situación actual hace que ese proyecto, clave para la transformación energética, quede en el cajón hasta que la crisis pase.
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El sector eléctrico asume la situación, el cambio hacia la excepcionalidad, y las compañías tienen centrados todos sus esfuerzos en la gestión de esta crisis. Por un lado, para reforzar el servicio. Por otro, para prevenir a sus propios equipos y evitar que, en un momento dado, puedan quedarse sin personal vital para su operativa.
SIN CORTES DE LUZ
Algunas de esas medidas, además, son obligatorias. El Ejecutivo de Sánchez ha impuesto que ningún consumidor vulnerable pueda ver cómo le cortan la luz, el gas, el agua (o el teléfono) durante esta crisis. Y las compañías están respondiendo a la petición de colaboración y responsabilidad.
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Las eléctricas, reacias (de momento) a perdonar los recibos durante la cuarentenaLa ministra para la Transición Ecológica (y vicepresidenta cuarta del Gobierno), Teresa Ribera, aseguró el jueves que las compañías están actuando de forma responsable y coordinada con la Administración, por lo que descartó una intervención por parte del Gobierno para influir en la actuación de las compañías.
Una de ellas, Naturgy, ha anunciado este viernes que va a ofrecer suministro de luz y gas, de forma gratuita, a los hoteles y residencias que cedan sus instalaciones a Sanidad para prestar sus camas a los pacientes que requieran atención médica pero no ingreso hospitalario.
De esta forma, las compañías han virado el foco, dejando aparcada las megainversiones previstas para la transición verde. Sólo Endesa, por ejemplo, tiene previstas inversiones superiores a los 6.000 millones de euros. Además, las compañías tienen pendiente qué pasará con los acceso a la red de aquellas centrales térmicas (carbón) que vayan cerrando y, a día de hoy, ese escenario está en un segundísimo plano.