Las eléctricas saben que se juegan la transformación del sector en el futuro más inmediato. La Ley de Cambio Climático ya ha comenzado su tramitación parlamentaria y de ahí van a surgir inversiones que superarán los 200.000 millones de euros. El problema, que esta cifra abarca hasta 2030. Por eso, en un entorno de crisis como el actual, instan a ejecutar la inversión lo antes posible.
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Una exigencia de inversión inmediata donde las compañías del sector energético quieren ser sujeto activo, jugarse su dinero, y que ha quedado patente este lunes en la megacumbre empresarial organizada por la CEOE en la que intervinieron todos los primeros espadas del sector.
Uno de los puntos de consenso está en la necesidad de eliminar las restricciones a la inversión en redes, que no puede superar el 0,13% del PIB. Es decir, si se invierte en producción renovable, la red también debería acelerar el paso.
“La principal barrera que nos encontramos y creemos necesario flexibilizar es el límite en el 0,13% del PIB. Pedimos que sea eliminado o adecuado con los planes de inversión específico”, instó sin ambages presidente de Viesgo y del Club Español de la Energía, Miguel Antoñanzas.
300.000 NUEVOS EMPLEOS
Es el mismo planteamiento que propuso Iberdrola. Su presidente, Ignacio Galán, reclamó eliminar ese límite máximo a la inversión con el objetivo de crear hasta 40.000 empleos sólo en ese segmento, el de redes, donde hay que recordar que la compañía participada por el Estado, Red Eléctrica, es el operador del sistema. De hecho, Galán desglosó, como ya ha hecho en otras ocasiones, la oportunidad para el empleo que pasa por apostar por las renovables.
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Según Galán, el giro a la ‘energía verde’ puede generar hasta 300.000 empleos, que serían especialmente relevantes en la España rural. En concreto, estimó que cada empleo en energía genera otros 12 en otros sectores vinculados. Una cifra que va en la misma línea que lo prometido por el Gobierno en la nueva Ley de Cambio Climático, que prevé entre 250.000 y 350.000 empleos netos de aquí a 2030.
De ahí la exigencia de acelerar el reloj para echar a andar lo antes posible. Endesa asegura que puede ampliar en un 30% sus planes de inversión hasta 2022, y alcanzar los 7.500 millones de euros, si se dan las condiciones regulatorias para ello, según adelantó el consejero delegado de la compañía, José Bogas. Y no sólo es inversión como ingrediente único, porque las eléctricas necesitan estabilidad en la política laboral, con “mecanismos de flexibilidad para permitir adaptar las necesidades de las compañías, a veces estacionales”, en palabras del presidente de Naturgy, Francisco Reynés.
Repsol también instó a acelerar la inversión, pero sin determinismos. Es decir, abrir la mano a una transformación ecológica que también incluya, por ejemplo, la renovación del parque de automóviles. “Todas las tecnologías pueden aportar su granito a la reducción de emisiones”, resumió su presidente Antonio Brufau al defender la “neutralidad” de la inversión.
