- La incertidumbre regulatoria ha provocado la desconfianza de los inversores
- Algunas 'manos fuertes' como JPMorgan y Capital Group están aprovechando para comprar
El Ibex 35 cerró el pasado viernes su peor semana desde el Brexit, al registrar pérdidas próximas al 6%. Y uno de los principales lastres para el selectivo español fue el sector energético, afectado por la intención del Gobierno de reducir la remuneración de sus activos regulados, tanto eléctricos como gasistas.
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Aunque el fuerte castigo bursátil para el sector comenzó a finales de enero, cuando comenzaron a publicarse informaciones sobre el recorte a la retribución de las redes de gas que prepara el Ejecutivo. Desde Fitch Ratings, han comentado que “la decisión del Gobierno de posponer los recortes tarifarios a los operadores de redes de gas no altera nuestra visión de que el riesgo de interferencia regulatoria en España es mayor que en otros países, lo que perjudica el perfil de ingresos del sector eléctrico”.
Esta situación de “incertidumbre” sobre la retribución de los activos regulados en España es el principal lastre actualmente para el sector, según indican desde Banco Sabadell. Y lo que está provocando sus caídas en bolsa, por la situación de inseguridad jurídica que perciben los inversores.
Para Fitch, uno de los problemas principales es “la falta de un regulador independiente con una postura transparente y consultiva”. Aunque los recortes propuestos todavía no han sido aprobados, debido a la situación de minoría que afronta el Ejecutivo, el objetivo es reducir los costes regulados del sistema “a costa de las compañías eléctricas, como ocurrió en 2014”.
Además, desde Bankinter añaden que el “repunte gradual de los tipos a largo plazo” resta atractivo al sector y a sus elevados dividendos. Un ingrediente más que añadir a un cóctel que está 'electrocutando' a estos valores en los mercados de renta variable.
Fitch considera además que estos recortes no están justificados, sobre todo porque el sistema gasístico español apenas genera déficit y es sostenible. Por ello, considera que “el marco legal español está más expuesto al riesgo político y es menos transparente que el de Portugal e Italia”, lo que a su vez “reduce la capacidad de endeudamiento de las empresas españolas”. Y concluye que “si la visibilidad de ingresos es afectada por ajustes regulatorios inesperados, nuestra visión del sector se verá afectada”.
LA BUENA NOTICIA
Pero al mismo tiempo, los inversores (que no estuvieran dentro de estos valores) tienen un motivo para considerar el mal momento del sector energético como una oportunidad. Como contrapartida, las caídas de Endesa, Enagás, Red Eléctrica, Gas Natural Fenosa e Iberdrola han disparado su rentabilidad por dividendo.
Endesa ha perdido un 15% de su valor en el último año y un 5% en 2018, pero la caída es cercana al 11% en tan sólo el último mes. En positivo, su rentabilidad anual por dividendo actual alcanza ya el 8%, la mayor entre las empresas del Ibex 35.
La rentabilidad anual por dividendo de Endesa es del 8%, seguida de la de Enagás (7,5%), Red Eléctrica (6,1%), Iberdrola (5,6%) y Gas Natural Fenosa (5,5%)
Otro valor muy castigado es Enagás. Su caída en el último año es del 12%, pero atendiendo tan sólo a 2018 la bajada es del 13%, que se amplía hasta el 15% en el último mes. En este escenario, su rentabilidad anual por dividendo es del 7,5%.
Red Eléctrica se ha comportado de forma muy similar a Enagás. Ha bajado un 6% en los últimos doce meses, pero tan sólo en 2018 se ha dejado en bolsa más del 13%. Y en el último mes ha caído un 12%. Su rentabilidad anual por dividendo ha ascendido hasta el 6,1%.
El caso de Iberdrola es aún más significativo, ya que la eléctrica presidida por Ignacio Sánchez-Galán ha perdido sólo un 1% en los últimos doce meses, pero desde que comenzó el ejercicio ha bajado un 6,5%, pérdida que se amplía al 10% en el último mes. Y esto ha elevado su rentabilidad anual por dividendo hasta el 5,6%.
La situación de Gas Natural Fenosa es similar a la de Iberdrola. En el último año, sus títulos suben un 1%. Pero la caída anual es del 4%, castigo que se amplía hasta el 11% en el último mes, lo que ha elevado su rentabilidad anual por dividendo hasta el 5,5%.
Esta misma semana, JPMorgan elevó su recomendación sobre Endesa hasta 'sobreponderar' (añadir en cartera), al considerar que sus acciones ya han descontado los posibles recortes regulatorios que ha anticipado el Gobierno.
Y el fondo de inversión Capital Group ha declarado una participación superior al 3% en Gas Natural Fenosa. Dos ejemplos de cómo aprovechan los grandes inversores la debilidad de grandes compañías para comprar sus acciones con un ratio de rentabilidad/riesgo más favorable.