MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
El precio de los carburantes encadena su cuarta semana a la baja, con un abaratamiento del 0,6% en el caso de la gasolina y del 0,59% en el del gasoil, con lo que los niveles de ambos combustibles retroceden a los registrados a mediados del pasado octubre.
En concreto, el precio medio de la gasolina baja hasta los 1,479 euros, alejándose así un poco más de los máximos anuales de 1,513 euros que tocó en noviembre, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea recogidos por Europa Press.
Por su parte, el precio medio del litro de gasóleo se ha situado esta semana en los 1,346 euros, por lo que también se relaja frente a los máximos anuales alcanzados en noviembre, cuando llegó a los 1,385 euros.
Así, el precio de los carburantes prosigue con el cambio de tendencia alcista que le llevó a sumar subida tras subida desde finales del pasado verano y a situarse a las puertas de sus máximos históricos.
No obstante, a pesar de estos últimos descensos, el llenado del depósito esta semana es un 25,76% más caro que hace un año para el caso de la gasolina y un 27,22% superior en el caso del gasóleo.
LLENAR EL DEPÓSITO, ENTRE 16 Y 17 EUROS MÁS CARO QUE HACE UN AÑO
Así, llenar un depósito medio de gasolina de 55 litros cuesta ahora en torno a 81 euros, casi 17 euros más que hace un año, mientras que en el caso de repostar con gasóleo asciende a 74 euros, alrededor de 16 euros más que en la misma semana de diciembre de 2020.
Antes de la pasada Semana Santa, ambos carburantes ya recuperaron los niveles preCovid. En lo que va de año, el precio medio del litro de gasolina se ha encarecido un 24,8%, mientras que el del gasóleo remonta un 25,9%.
A pesar de estos niveles, el precio de la gasolina sin plomo de 95 está en España por debajo de la media de la Unión Europea, situada en 1,607 euros el litro, y de la zona euro, con un precio medio de 1,665 euros. En el caso del diésel ocurre algo similar, ya que el precio en la UE es de 1,475 y de 1,498 en la zona euro.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.