MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
El precio de la gasolina y del gasóleo ha encadenado su segunda subida consecutiva en lo que va de 2019, después de romper la semana pasada con una racha de casi tres meses de descensos, y se ha encarecido hasta casi un 1,6%.
En concreto, el precio medio del litro de gasolina ha subido esta semana un 1,25%, situándose en los 1,212 euros, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea recogidos por Europa Press.
Por su parte, el litro de gasóleo ha subido esta semana un 1,56%, en la que es su segunda subida desde que la semana pasada cortara la serie de descensos que venía registrando desde noviembre, y se ha situado en los 1,166 euros.
De esta manera, ambos carburantes confirman el fin de la tendencia bajista en sus precios que había llevado a un abaratamiento del 13%, en el caso de la gasolina, y de más del 12% para el gasóleo, desde los máximos que alcanzaron en octubre.
Con los actuales precios, el llenado de un depósito medio de gasolina de 55 litros cuesta unos 66,6 euros, casi un euro más que hace una semana, mientras que en el caso del gasóleo asciende a 64,13 euros, también un euro más que hace siete días.
La caída en los precios de los carburantes en los últimos meses venía de la mano de un descenso en el precio de la cotización del petróleo, que ahora ha vuelto a repuntar.
Este jueves, el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, cotizaba en el entorno de los 61,3 dólares, mientras que el Texas americano se intercambiaba a unos 52,79 dólares, en ambos casos ligeramente por encima de los precios de hace siete días.
MÁS BARATA EN ESPAÑA QUE EN LA UE.
La gasolina es más barata en España que en la media de la UE y la zona euro, donde el precio medio de venta al público del litro de combustible Euro-Súper 95 se sitúa en 1,337 euros y 1,374 euros, respectivamente, mientras que el litro de gasóleo cuesta de media 1,305 euros en la UE y 1,301 euros en la eurozona.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.