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Merlín Properties repartirá este viernes a sus accionistas 0,26 euros brutos por acción, un importe que incluye el dividendo complementario a cargo de los resultados de 2017 y una distribución de reserva de la prima de emisión. Este importe se sumará al de 0,20 euros por acción ya abonado a cuenta a finales de 2017, lo que eleva a 0,46 euros por acción la retribución total al accionista de la socimi correspondiente al ejercicio 2017, importe un 21% superior al de año anterior.
En cuanto al pago de 0,26 euros que se abona este viernes, comprende el reparto de 0,0205 euros brutos por acción como dividendo a cargo de los resultados, y otro de 0,239 euros a cuenta de la reserva de la prima de emisión. Santander y BlackRock figuran como principales accionistas de Merlín. Así, la entidad que preside Ana Botín cobrará 27,2 millones de euros por la participación del 22,2% que tiene en la socimi, cuantía que se eleva hasta 48,11 millones al sumar el dividendo ya cobrado a cuenta.
En el caso del fondo estadounidense, se embolsará 6,78 millones en dividendos de la compañía patrimonialista, de los que 3,83 millones se perciben en esta jornada. La socimi que dirige Ismael Clemente aprobó el paso de estas remuneraciones a los socios en su última junta de accionistas, celebrada el pasado día 7.
S&P PODRÍA ELEVAR SU CALIFICACIÓN
En paralelo, Standard & Poor's ha mejorado la perspectiva de la nota de 'investment grade' de 'BBB' que tiene asignada a Merlín, de forma que la ha situado en perspectiva positiva. De esta forma, la agencia de calificación abre la puerta a revisarla al alza en caso de que la firma continúe con su actual desarrollo de negocio y recortando endeudamiento, según informó la socimi.
En su informe, S&P destaca la evolución del negocio de Merlín en el ejercicio en 2017 y la mejora de sus ratios financieros y de deuda, tras reducir su endeudamiento hasta situarlo en un importe equivalente al 43,4% del valor de su cartera de activos a cierre del primer trimestre de 2018, frente al ratio del 49,8% que presentaba al cierre de 2015.
En caso de que esta agencia elevada la calificación, Merlín cumpliría con uno de sus objetivos de medio plazo, dado que la inmobiliaria aseguró en su última junta estar trabajando "intensamente" para poder lograr una mejora de su 'rating' en unos dos o tres años, y guardarse así ante el eventual encarecimiento de financiación como consecuencia de una futura subida de tipos.