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Buque oceanográfico 'Miguel Oliver'MINISTERIO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓN

La economía azul, basada en la explotación sostenible de los océanos y los mares, supone una de las principales oportunidades de desarrollo económico y de creación de empleo para nuestro país al formar parte de uno de los cuatro ejes básicos del Plan de recuperación post pandemia de la Unión Europea.

De hecho, según un informe de la Comisión Europea publicado en 2020, España era en 2018 la segunda economía azul de la Unión, solo por detrás del Reino Unido. En concreto, nuestro sector marítimo tiene un valor añadido bruto superior a los 32.700 millones de euros y emplea a casi 945.000 personas.

De los casi 8.000 kilómetros del litoral nacional viven muchas empresas que se podrán beneficiar de estas ayudas. Así, los expertos señalan que la economía azul engloba multitud de sectores, como la acuicultura, la pesca, el turismo marino y de costa (playas), la biotecnología, la energía renovable marina, el transporte marítimo, la construcción de navíos, la gestión de las aguas residuales o la vigilancia y monitorización de los mares.

¿EN QUÉ EMPRESAS DE ECONOMÍA AZUL INVERTIR?

Seleccionar empresas en las que invertir para aprovecharse de esta tendencia y de los fondos gubernamentales es la parte más complicada, destacan los analistas de Singular Bank, quienes aconsejan fijarse en las compañías líderes en el uso sostenible de los recursos marinos.

“Esta es la estrategia que sigue el índice ECPI Global ESG Blue Economy, del que forman parte 50 valores elegidos entre más de 4.000 candidatos del mundo desarrollado”. Según explican estos expertos, las acciones son escogidas en función de una serie de ratios financieros y medioambientales con los que se asigna una calificación a cada empresa.

Obtenida la calificación, el siguiente paso de estos filtros es determinar en qué categoría de la economía azul se sitúa cada compañía: protección de las costas y ecoturismo; generación eólica marina; biotecnología marina; generación eléctrica por mareas y olas; pesquerías salvajes; granjas de acuicultura; alimentación de los peces y genética; reciclaje, gestión de recursos y servicios medioambientales; y transporte marítimo de contenedores y equipos para barcos.

En concreto, el selectivo se compone en un 55% de empresas industriales, un 20% de empresas de servicios (‘utilities’), empresas de consumo básico (12%), materiales (6%) y consumo discrecional (4%).

Para asegurar la diversificación, resaltan los citados analistas, hay un límite geográfico en el índice. Por ejemplo, Estados Unidos no puede suponer más del 50%. El máximo se establece en el 10% para todos los demás países. Además, para que una compañía sea elegible por este selectivo, debe tener una capitalización de mercado mínima de 500 millones de euros y el volumen medio de acciones negociadas en los seis meses precedentes debe totalizar al menos 3 millones de euros.

“Invertir en la economía azul ayuda a avanzar en la lucha contra el cambio climático y asegura que los océanos puedan seguir funcionando como un pozo para las emisiones de CO2 procedentes de la actividad humana. Igualmente, es una apuesta adecuada para los inversores que tengan una perspectiva a largo plazo y que estén comprometidos con el medioambiente”, subrayan los expertos de Singular Bank.

En lo que va de año, la rentabilidad del mencionado índice supera el 15%, porcentaje que se amplía al 121% si nos fijamos en su desempeño en cinco años. Y para los ahorradores que quieran replicar este selectivo, cabe señalar que existe un ETF de BNP Paribas que invierte al menos el 90% de sus activos en acciones de empresas incluidas en el índice.

ecpi 202106
Evolución anual índice ECPI Global ESG Blue Economy

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