La parte vendedora se muestra en desacuerdo con los ajustes requeridos por Telefónica y sus socios
MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
Telefónica ha solicitado recortar en más de 1.075 millones de reales (algo más de 200 millones de euros) el precio final de la compra de su parte de los activos móviles de Oi en Brasil, adquiridos en subasta judicial junto a Claro y Telecom Italia en una operación cerrada este año.
Los tres socios han pedido una rebaja de 3.186 millones de reales (602 millones de euros) respecto a los 16.500 millones de reales pactados en la operación (2.763 millones de euros), tras evaluar los activos recibido al cierre de la operación, una cifra con la que Oi se ha mostrado "profundamente en desacuerdo", según ha comunicado este lunes a sus inversores.
Las discrepancias entre las partes dan inicio a un plazo de un mes de negociaciones. En caso de no haber acuerdo, se contrataría a un auditor independiente para una evaluación final de las cantidades con las que Oi debería compensar a los tres principales operadores del país sudamericano.
Al cerrar la transacción, los compradores retuvieron 1.477 millones de reales (273 millones de euros) para resolver futuros ajustes, una cantidad que se ha visto sensiblemente superada por el cálculo final.
Así a Telefónica, que a mediados de año desembolsó 5.373 millones de reales (1.094 millones de euros) en la operación, le corresponden los 488 millones de reales (92 millones de euros) retenidos por su parte y un pago adicional por parte de Oi de 587 millones de reales (111 millones de euros), según los cálculos de KPMG, asesor en la transacción.
En paralelo, los tres operadores también han enviado a Oi otra solicitud de indemnización por 353 millones de reales (66,76 millones de euros) tras completar la revisión del inventario móvil adquirido. La empresa vendedora también ha mostrado su discrepancia sobre este extremo, que podría terminar en un arbitraje entre las partes.
La operación de compra de los activos móviles de Oi fue aprobada el pasado febrero en un ajustado voto por el Consejo Administrativo de la Defensa Económica (CADE) de Brasil. La operación suponía que los tres principales operadores del mercado móvil en Brasil se repartían los activos del cuarto, en una situación equivalente al concurso de acreedores en España.
Tras la operación, Telefónica sumó a su cartera 12 millones de clientes móviles, la mayoría de prepago, 43 MHz de espectro y acuerdos para el uso de unos 2.700 'sites' o emplazamientos de acceso móvil.
En una presentación para inversores, el operador aseguraba que las sinergias de la operación prácticamente equivaldrían al precio desembolsado por los activos, de los que esperaba obtener unos ingresos mensuales de 135 millones de reales (casi 256 millones de euros).