- La marcha de su negocio en un entorno marcado por los bajos precios del crudo ha favorecido este hecho
S&P ha mejorado la perspectiva de Repsol de 'negativa' a 'estable', confirmando su rating en 'BBB-', reconociendo así los esfuerzos de la petrolera para reducir deuda y la marcha de su negocio en un entorno marcado por los bajos precios del crudo.
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En un comunicado, la agencia de calificación señala que la perspectiva 'estable' refleja sus expectativas de que la petrolera mantendrá sus ratios de apalancamiento. "Dados los vencimientos manejables de Repsol y la gran cantidad de caja en el balance, la posición de liquidez de la compañía se ha fortalecido", afirma.
Asimismo, S&P, que se basa en una previsión de precios conservadores del petróleo de 50 dólares el barril para 2017 y 2018, abre la puerta a mejorar en un escalón el rating de Repsol si la compañía es capaz de mejorar sus parámetros.
ABRE LA PUERTA A UNA SUBIDA DE SU NOTA
En concreto, la agencia considera que la compañía será capaz de mantener el ratio de fondos operativos (FFO, por sus siglas en inglés) sobre Ebitda en el 30% o 35% en los próximos años y ve una mejora de su nota si lo eleva hasta el 40% este año.
Además, destaca la reduccion de la deuda de la petrolera en unos 4.000 millones de euros en 2016, así como que ha dado una señal clara de que llevará a cabo un desapalancamiento mayor en 2017.
S&P también valora el equilibrio entre las áreas de 'upstream' (exploración y producción) y 'downstream' (refino y comercialización) en Repsol, algo que no es habitual en las grandes compañías del sector, donde normalmente predomina la división de 'upstream'.
Como resultado de este equilibrio, considera que la empresa es menos propensa a los cambios en la rentabilidad, ya que los precios más bajos de hidrocarburos, y por tanto los menores beneficios en 'upstream', son normalmente positivos para la industria del refino.
Ya el pasado mes de septiembre, tras la venta de un 10% de su participación en Gas Natural Fenosa a GIP, S&P consideró que esta desinversión era "consistente con sus asunciones para Repsol durante el periodo 2016 y 2019" y que suponía un "paso positivo" para la mejora de su perfil crediticio, aunque optó por mantener sin cambios la nota crediticia de la compañía.
BENEFICIO DE 1.736 MILLONES EN 2016
En 2016, Repsol registró un beneficio neto de 1.736 millones de euros, su mayor resultado en los últimos cuatro años, frente a las pérdidas de 1.398 millones de euros de 2015 tras realizar provisiones extraordinarias por el escenario de precios deprimidos del crudo y del gas.
El grupo dirigido por Josu Jon Imaz redujo su deuda neta el año pasado en 3.790 millones de euros, un 32%, situándose a cierre del ejercicio en 8.144 millones de euros. Así, Repsol mejoró un 42 su ratio deuda neta sobre Ebitda, hasta situarse en 1,6 veces y la liquidez del grupo a cierre de 2016 ascendía a 9.300 millones de euros. Las desinversiones del grupo ascendieron a 5.100 millones de euros a cierre de 2016, superando así ampliamente el objetivo fijado en su plan estratégico.
La 'hoja de ruta' de la petrolera identificaba un objetivo de desinversiones total por valor de 6.200 millones de euros a lo largo de todo su periodo, de los que 3.100 millones correspondían a los ejercicios 2016 y 2017, y los 3.100 millones restante a 2018, 2019 y 2020.
Asimismo, Repsol batió en 2016 su objetivo de sinergias y eficiencias para el conjunto del año, obteniendo más de 1.600 millones de euros, un 150% de lo previsto inicialmente. En 2017, la compañía señaló que incrementará esta cifra hasta los 2.100 millones de euros de ahorros, superior a las expectativas y anticipando así el objetivo establecido para el año 2018.