El informe 'CEO Reptrak Spain 2019' señala que sólo uno de cada cinco españoles dice conocer bien o muy bien a alguno de los consejeros delegados de las principales empresas del país
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
La reputación de las compañías españolas cuyos consejeros delegados (CEO por sus siglas en inglés) son conocidos es 7,3 puntos superior a la de aquellas empresas que tienen directivos poco conocidos, según se desprende del estudio 'CEO Reptrak Spain 2019', que constata además que sólo uno de cada cinco españoles dice conocer bien o muy bien a alguno de los consejeros delegados de las principales grandes empresas del país.
El estudio, que se ha presentado en el marco del evento 'La Voz del CEO en la reputación corporativa', organizado por Reputation Institute, Thinking Heads y Corporate Excellence-Centre for reputation Leadership, incide, no obstante, en que ser notorio no implica tener una buena reputación, ya que ésta se encuentra ligada también a otros factores, como la compañía o el sector al que pertenecen.
Sin embargo, el informe sí que refleja que cuanto más familiar es el consejero delegado, mayor reputación se le otorga, ya que aumentar un punto el conocimiento del CEO incrementa su reputación en 10 puntos. Los datos globales apuntan además que el activismo del consejero delegado obliga a este perfil a posicionarse públicamente en temas políticos y sociales, donde ser responsable y comportarse de forma ética impulsa casi un tercio su reputación.
"Un nuevo contexto social obliga a los CEOs a tener un papel más transversal que trasciende la dimensión de negocio para pasar a ser un activo corporativo que representa los valores de la empresa", ha afirmado el vicepresidente senior responsable de España y América Latina del Reputation Institute, Enrique Johnson.
Por otro lado, el estudio recoge que la responsabilidad aparece como la dimensión más valorada en un CEO en España, ya que su comportamiento ético, en cuanto a lo social y fiscal, le adjudica un 37,2% en su reputación (6 puntos más que a nivel global); un 22,4% viene dado por su liderazgo; un 21,2% por su influencia y el 19,2% por su gestión. La integridad del CEO es la dimensión que más impacta en la reputación de la compañía, alcanzando los 7,4 puntos.
Asimismo, también apunta que los CEO conocidos en España generan comportamientos de apoyo de +18,4 puntos en la intención de 'compraría', en +18,9% en 'recomendaría' y en +15,2% en 'otorgaría beneficio de la duda', que seguramente es el comportamiento de apoyo más importante, ya que está ligado a la integridad de la compañía.
El consejero delegado con mejor reputación del mundo es Sundar Pichai (Google), con una puntuación de 81.4; mientras que en España el primer lugar lo ocupa Ignacio Rivera (Estrella Galicia) con una valoración de 75,8.
El informe 'CEO Reptrak', realizado en los meses de febrero y marzo de 2019, ha contado con 28.000 valoraciones de países del G15 y se han analizado 145 consejeros delegados. En España, se han registrado 1.700 valoraciones para 17 consejeros delegados.
"Los CEOs ocupan una posición cada vez más importante en las empresas, siendo su imagen la que puede hacer de palanca para mejorar la reputación de las mismas. Un CEO que basa sus acciones en la ética y transparencia resulta clave para la mejora de la reputación de la compañía a la que pertenece. En definitiva, el activismo del CEO impulsa la mejora de la reputación de la compañía y mejora los resultados empresariales", ha agregado Johnson.
RETOS PARA LOS LIDERES EMPRESARIALES
Durante el evento, el presidente y fundador de Thinking Heads, Daniel Romero-Abreu, ha incidido en que en el mundo actual, existen 4 factores que plantean a los líderes empresariales unos retos "enormes" sobre la gestión de su reputación y la de la entidad que representan, entre los que se encuentran abordar el exceso de información y la confusión social que generan las fake news, que provoca que la opinión pública confíe en terceras personas para que interpreten los temas de los que no tienen conocimiento
Asimismo, también ha señalado que ha aumentado la exigencia de participación de los directivos de las empresas en el debate político y social, a lo que se suma a la tercera ola de transparencia que existe actualmente en la que la ciudadanía exige conocer más y mejor a los líderes de esas organizaciones, así como la fuerte presencia de las redes sociales.
"Todo esto obliga a las empresas a planear cuál es el valor único como líder que ofrece un CEO públicamente, siempre alineado con la estrategia corporativa. El objetivo es que el más alto directivo se convierta en un activo crítico para la organización diseñando una estrategia de posicionamiento, antes de implementar las correspondientes plataformas de influencia para difundir sus mensajes", ha destacado Romero-Abreu.