MADRID, 1 (EUROPA PRESS)

El incidente aéreo del pasado 5 de enero en el se desprendió un panel del Boeing 737 MAX en pleno vuelo provocó que Estados Unidos respondiera con una serie de medidas contundentes para supervisar la producción del fabricante y mejorar su seguridad y control de calidad.

Según ha informado en un comunicado reciente, la Administración Federal de Aviación (FAA) se encargó de diseñar una "agresiva" supervisión en la que destacaban medidas iniciales como la inmovilización inmediata en tierra de 171 aviones 737 MAX operados por aerolíneas estadounidenses o en territorio norteamericano y la detención de la ampliación de producción de este tipo de modelo.

Además, la entidad ordenó un aumento de la presencia de inspectores de seguridad 'in situ' en las instalaciones de Boeing en Renton (Washington) y de su proveedor Spirit AeroSystems en Wichita (Kansas).

En este sentido, el administrador de la FAA, Mike Whitaker, visitó la planta en Renton para ver la línea de producción del 737 y escuchar directamente a los ingenieros, mecánicos y otros de Boeing sobre los procesos de control de calidad.

Esta iniciativa ha fomentado "activamente" todas las quejas de los denunciantes, mientras que la FAA investiga "todas y cada una de ellas", señaló el organismo de aviación.

Además, concluyó una auditoría de la línea de producción de Boeing que fue más allá del proceso de inspección estándar de la FAA. La propia entidad detectó problemas de incumplimiento en el control del proceso de fabricación, la manipulación y el almacenamiento de piezas y el control de productos de Boeing.

"Nuestra auditoría ha concluido, pero forma parte de una investigación en curso, por lo que no podemos dar más detalles", ha señalado. Por último, la FAA sigue emitiendo certificados de aeronavegabilidad para todos los modelos Boeing 737 MAX de nueva producción.

NUEVOS AJUSTES EN SEGURIDAD

Una vez presentado esta semana por Boeing el plan de acción "exhaustivo" para establecer un "nuevo estándar de seguridad", la FAA seguirá exigiendo responsabilidades al fabricante como la implementación de un Sistema de Gestión de la Seguridad (SMS) obligatorio.

Además, otras acciones demandadas por la entidad son simplificar procesos y procedimientos y aclarar instrucciones de trabajo, supervisión mejorada de proveedores, mejora de la formación y comunicación de los empleados y aumento de las auditorías internas del sistema de producción.

De cara al futuro, la FAA monitoreará activamente el progreso de Boeing de diversas maneras, entre las que se incluyen revisiones mensuales, un equipo de expertos para monitorizar el progreso de Boeing y la efectividad de los cambios, además de reuniones semanales con altos líderes del fabricante.

BOEING TRABAJA PARA REFORZAR SU SEGURIDAD

Por otro lado, Boeing redobla sus esfuerzos con los trabajadores y amplía su colaboración con la Administración Federal de Aviación (FAA) para reforzar la seguridad, la calidad y el cumplimiento de sus productos y servicios, según se desprende de su tercer informe anual sobre seguridad.

En concreto, el informe CASO 2024 incluye las acciones a largo plazo del fabricante de aviones y los hitos conseguidos en los últimos 12 meses.

Desde el accidente del 737 MAX de enero, la compañía redobló sus esfuerzos para animar a los empleados a plantear sus preocupaciones, dando como resultado un aumento de más del 500% en los envíos al canal de denuncias 'speak up' a principios de 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Además, Boeing colabora con la FAA en el desarrollo de algoritmos de aprendizaje automático para identificar riesgos emergentes y tendencias de seguridad.

Otro de los logros del fabricante es haber duplicado los compromisos de representantes de operaciones de vuelo de Boeing con las tripulaciones de vuelo de las aerolíneas. Estos representantes, entre los que se incluyen pilotos y otros expertos de vuelo, ayudan a las tripulaciones de más de 170 operadores mundiales en el funcionamiento seguro y eficaz de sus productos.

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