La debilidad del euro frente al dólar agrava el problema, según Scope Ratings
MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El encarecimiento del precio combustible y los incrementos de los costes de personal amenazan los márgenes de las aerolíneas europeas pese al repunte del tráfico, según el analista senior de Scope Ratings Azza Chammen, que asegura que el escenario de recuperación turística también se verá afectado por la debilidad del euro frente al dólar.
Las aerolíneas europeas se enfrentan a un verano difícil por el aumento de los costes de personal, de los precios del combustible y de la demanda reprimida, escenario ante el cual la 'respuesta natural' de subir los precios de los billetes sigue limitada por los retos operativos del sector.
Los expertos aseguran que sólo las aerolíneas con flotas y rutas flexibles y amplios recursos económicos para seguir invirtiendo en aviones más eficientes saldrán probablemente indemnes de los vientos en contra a los que se enfrenta el sector.
"La dura realidad a la que se enfrentan los directores financieros de los operadores europeos es que los costes de combustible y de personal son, con mucho, los más importantes. Pero en los últimos años ha sido relativamente infrecuente que aumenten simultáneamente, hasta este año", explica el analista.
Los costes de combustible alcanzaron el 30% de los ingresos en el primer trimestre de 2022 y se prevé que sigan subiendo. Por su parte, los costes de personal se redujeron como porcentaje de los ingresos a medida que el negocio mejoraba después del Covid, pero hay indicios de que los recortes de las aerolíneas durante la pandemia fueron demasiado profundos y, con la inflación salarial a punto de acelerarse, es poco probable que vuelvan a los niveles pre-pandemia, inferiores al 20% de los ingresos.
IMPACTO DEL PRECIO DEL CRUDO.
En cuanto al combustible, el analista asegura que la falta de capacidad de reserva a medida que aumenta el tráfico aéreo ha ampliado el diferencial entre los precios del crudo y del combustible para aviones, agravando el impacto del aumento de los precios del petróleo en las compañías aéreas europeas.
Así, aunque el precio del petróleo medido en dólares ha disminuido recientemente, el precio del combustible para aviones en euros sigue subiendo más de un 80% este año.
Las compañías aéreas están renovando su estrategia de cobertura de combustible y optando por un comportamiento más racional de la capacidad. La cobertura se complica aún más por los ciclos de reserva mucho más cortos, que dificultan la previsión de las necesidades de combustible.
En cuanto a las plantillas, el sector se esfuerza por volver a contratar personal para satisfacer la fuerte demanda tras la prolongada caída de la actividad por el Covid, "lo que pone el poder de negociación en manos de los pilotos, la tripulación de cabina y el personal de tierra, cuyo coste de vida se está viendo mermado por la creciente inflación".
Además, varias compañías aéreas ya se han visto afectadas negativamente por las huelgas registradas en países como España, y es probable que la situación se extienda con los sindicatos europeos amenazando con otras huelgas en Reino Unido y Alemania.
"Mientras tanto, los aeropuertos, incluidos los 'hubs' europeos como Schiphol o Heathrow, están poniendo límites al número de vuelos operados por las aerolíneas dada la escasez de personal. Esta medida busca estabilizar las operaciones de vuelo, mejorar el procesamiento de los equipajes y aumentar la puntualidad. En respuesta, las compañías aéreas han tenido que recortar sus horarios de vuelo, lo que se traduce en menores ingresos", justifica Chammem.
Con el aumento de los costes del servicio de la deuda, el flujo de caja y la rentabilidad de las aerolíneas se están reduciendo a pesar de la demanda de viajes aéreos en verano.
"Esperamos que en 2022 los márgenes de EbitdA se sitúen por encima del 5% en el caso de las aerolíneas tradicionales y ligeramente por encima en el caso de las aerolíneas de bajo coste, aunque la visibilidad sigue siendo muy baja", indica el analista.
Los datos demuestran que el segundo trimestre de 2022 supuso la vuelta a la rentabilidad de la mayoría de las aerolíneas, que se beneficiaron del aumento de la demanda de viajes, lo que permitió al sector elevar las tarifas, aunque se vio obligado a limitar la disponibilidad de asientos en los vuelos de corta distancia.
En opinión del analista "aunque la demanda es fuerte, no está claro hasta qué punto resistirá después del verano con el aumento de la inflación, de los costes del combustible y de la mano de obra y las continuas preocupaciones geopolíticas".
Por ello considera que "los costes unitarios serán difíciles de contener, lo que puede poner en peligro la senda de recuperación al nivel anterior a la crisis para algunas aerolíneas".
Este conjunto de circunstancias ha castigado a las compañías aéreas que salieron de la crisis del Covid con una base de costes relativamente alta, como SAS, la compañía aérea propiedad en parte de los Gobiernos danés y sueco, que ha entrado en concurso de acreedores mientras intenta reestructurar sus deudas.
Sin embargo, gracias al apoyo directo e indirecto de los gobiernos al sector, ninguna de las grandes compañías aéreas quebró durante la pandemia, lo que garantiza que el problema de Europa de tener un sector mucho más fragmentado que el de Estados Unidos siga vigente a largo plazo.
Con todo ello "el deseo de viajar de los europeos es aparentemente insaciable a pesar del caos aéreo, la presión inflacionaria y la crisis geopolítica dentro de sus fronteras".
En Europa, la guerra entre Rusia y Ucrania seguirá alterando los patrones de viaje dentro de Europa y entre Europa y Asia-Pacífico. Sin embargo, no se prevé que la guerra haga peligrar la recuperación de los viajes. Según la IATA, se espera que la demanda alcance el 82,7% de los niveles anteriores a la crisis, con una capacidad del 90%.