Aboga por preservar la competencia aplicando "fuertes medidas correctoras"
WASHINGTON, 3 (EUROPA PRESS)
El poder de mercado acaparado por algunas empresas de los países desarrollados puede acabar convirtiéndose en una amenaza para la inversión y los trabajadores, así como dificultar la labor de los bancos centrales para estabilizar la economía mediante la política monetaria, según ha advertido el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En uno de los capítulos analíticos de su informe 'Perspectivas económicas mundiales', la institución señala que el margen medio de beneficios de las empresas se incrementó un 8% entre los años 2000 y 2015, subrayando la desigualdad observada en el crecimiento de las empresas de países desarrollados, que lograron un incremento medio del 7,7%, frente al 1,8% de las empresas de mercados emergentes.
De este modo, el FMI considera que el aumento del poder de mercado en manos de las empresas se ha incrementado "de forma moderada" en los países avanzados, pero no así en el caso de los emergentes, añadiendo que, este aumento se ha distribuido ampliamente entre los distintos sectores.
Sin embargo, el análisis desarrollado por el FMI, que ha examinado la evolución de cerca de un millón de empresas de 27 países, destaca que el incremento del poder de mercado de las empresas se ha concentrado particularmente en un pequeño grupo de compañías muy dinámicas, productivas e innovadoras.
En concreto, según los cálculos de la institución, el decil de empresas con mayores márgenes lo incrementaron en más de un 30% durante el periodo analizado, mientras que los nueve deciles restantes registraron un aumento medio de apenas el 2%.
Asimismo, el estudio apunta a que estos mayores márgenes en las empresas de países desarrollados pueden acabar conllevando efectos adversos para los mercados emergentes, además de estar asociados con menores inversiones de capital y una tendencia negativa en el caso de la innovación, lo que "debería ser causa de preocupación".
"Aunque las implicaciones generales a nivel macroeconómico han sido hasta ahora modestas, mayores incrementos en el poder de mercado de estas ya de por sí poderosas firmas podría debilitar la inversión, frenar la innovación, reducir la participación del factor trabajo en los ingresos y hacer más difícil para la política monetaria estabilizar la economía", advierte el FMI.
En este sentido, la institución señala que en los países desarrollados la participación en la riqueza nacional del factor trabajo ha disminuido desde los años 80 como consecuencia del efecto de los cambios tecnológicos, la globalización y la pérdida de poder de los trabajadores en la negociación colectiva, pero apunta un nuevo factor a tener en cuenta relacionado con el auge del poder de mercado de las corporaciones.
En concreto, el análisis apunta a que un incremento de los márgenes empresariales del 10% se asocia a un deterioro de 0,3 puntos porcentuales en la participación del factor trabajo en los ingresos, por lo que para el conjunto de la muestra de empresas estudiada por el FMI el factor trabajo habría registrado una pérdida del 0,2%, que alcanzaría el 1% de media entre las empresas del decil más alto.
RECOMENDACIONES.
En su informe, el FMI reitera la necesidad de adoptar reformas estructurales que permitan mantener la competencia en los mercados, particularmente en lo que se refiere a empresas no manufactureras, reduciendo barreras de entrada y fomentando la apertura al comercio y la inversión extranjera directa.
De este modo, la institución defiende que las autoridades de Competencia cuenten con "amplios recursos" para investigar en detalle las fusiones entre empresas y valorar si resultan beneficiosas para los consumidores.
"Las prácticas anticompetitivas pueden disuadirse de manera más eficaz si las autoridades tienen la capacidad para llevar a cabo exámenes de mercado y, cuando se hallen evidencias de prácticas contrarias a la competencia, aplicar fuertes medidas correctoras, incluyendo la obligación para las empresas de vender activos, si fuera necesario", sostiene.
Asimismo, el FMI se muestra partidario de que las autoridades adopten una perspectiva dinámica en su labor.
Por otro lado, el creciente poder de mercado de las empresas puede hacer necesaria una reforma de la tributación empresarial, incluyendo impuestos que graven dónde se consume en vez de dónde está el origen de los beneficios, lo que podría hacer frente al traslado de ganancias que realizan las multinacionales.