Los bancos europeos aún no están preparados para un Brexit duro. Así lo considera la Autoridad Bancaria Europea (EBA), que insta al sector a acelerar sus preparativos, pues cree que no tienen la preparación adecuada de cara a una eventual salida sin acuerdo del Reino Unido de la Unión Europea. De hecho, critica que los bancos pueden llegar a poner en peligro la estabilidad financiera por no incurrir en los costes de sus planes de contingencia.
"El progreso en los preparativos de las entidades financieras para la potencial salida del Reino Unido de la UE sin un acuerdo en marzo de 2019 es inadecuado", afirma la EBA en una opinión remitida a las autoridades competentes días antes de la reunión del Consejo Europeo de este jueves.
La EBA considera que esta planificación debería avanzar más rápidamente en una serie de áreas, advirtiendo de que hay entidades que "parecen estar demorando la aplicación de medidas necesarias" y alertando al sector financiero de que no debería confiar en que vayan a proponerse soluciones de carácter público.
En este sentido, la institución presidida por Andrea Enría apunta que el reciente acuerdo político para que exista un periodo de transición "no proporciona ninguna certidumbre legal" hasta que se haya ratificado un acuerdo para la salida del Reino Unido al final del proceso para abandonar la UE, por lo que continúa habiendo "una posibilidad material" de que esto no sea posible y el país británico salga de la UE el 30 de marzo de 2019 sin periodo de transición.
"Las entidades no pueden dar por garantizado que podrán seguir operando como en la actualidad ni pueden confiar en un acuerdo político todavía sin concretar, ni tampoco en la intervención pública", declaró Andrea Enría, subrayando la necesidad de examinar y dar respuesta a los riesgos e implicaciones legales y de capacidad para el sector del Brexit.
La autoridad bancaria señala la necesidad de que las entidades identifiquen adecuadamente los canales de riesgos relacionados con un potencial Brexit no pactado, incluyendo el cálculo de su exposición directa al Reino Unido, así como los contratos existentes con este país, la dependencia de las infraestructuras de mercado del Reino Unido, el almacenamiento de datos o la dependencia de los mercados de capitales en Reino Unido.
Asimismo, la EBA dice ser consciente de que la asunción de las medidas necesarias para hacer frente al Brexit conlleva costes, lo que, sin embargo, considera una consecuencia inevitable de la salida del Reino Unido de la UE.
"No se debería poner en peligro la estabilidad financiera porque las entidades estén tratando de eludir los costes", advierte la institución europea, cuya sede se trasladará desde Londres a París una vez que el Reino Unido haya abandonado la UE.