DIA va desvelando cómo van a progresar sus estados financieros en los próximos ejercicios, justo un año después de la toma de control por el magnate ruso Mijail Fridman. Y, en ese proceso, planea a volver a crecer con nuevas tiendas a partir de 2022 y, un año después, empezará a recortar su deuda, según ha indicado este martes en la presentación de resultados de los tres primeros meses de 2020.
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En concreto, la compañía encabezada por Stephan DuCharme, mano derecha de Fridman, indica que su deuda neta avanzará estable en 2021 en 2022; para comenzar a descender un año después. En cambio, no desvela detalles sobre en qué medida prevé ese descenso. Sí lo hace respecto a cómo avanzarán sus ingresos y su margen sobre Ebitda. Los primeros, por ejemplo, alcanzarán los 8.300 millones en 2022.
De momento, en los tres primeros meses del año, DIA ya ha dado pasos iniciales para rebajar su pasivo. En los tres primeros meses del año, su deuda neta se recortó en cerca de 82 millones, hasta situarse en 1.945 millones de euros.
VISTA PUESTA EN 2021
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DIA planea abrir nuevos 'súper' a partir de 2022 y alcanzar los 8.300 millones de ventasDIA explica en su presentación al mercado que su perfil de vencimientos de deuda bruta, al citado 31 de marzo de 2020, alcanzaba los 1.518,2 millones de euros. De ellos, más de 700 millones tienen vencimiento a tres años y la mayor parte corresponde a financiación de prestamistas sindicados.
La compañía ya adelantó a mediados de abril que abría las puertas a negociar parte de ese pasivo. Sólo en abril de 2021 le vencerán más de 299 millones. Por ello, “a la luz de las actuales condiciones del mercado y de las actuales dificultades del grupo para acceder a los mercados de financiación de deuda”, según explicó a la CNMV, “se están priorizando alternativas para abordar el vencimiento de sus obligaciones a medio plazo con vencimiento en abril de 2021, incluida una oferta de canje de deuda por deuda ('debt-for-debt') y una solicitud de consentimiento ('consent solicitation')”, explica al regulador. Unas negociaciones que aún no se han iniciado, según indica la compañía a Bolsamanía.
Esta perspectiva a futuro y el recorte de los números rojos trimestrales no han sido suficientes para convencer a los inversores, al menos de momento. Su acción se apuntó el martes una caída del 8,8% (hasta 0,135 euros por acción). Un recorte que golpea, sobre todo, al propio Fridman, quien controla el 75% del capital de la compañía de distribución.