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DIA lleva un último trimestre de infarto y el horizonte no se divisa mejor. La cadena de supermercados que dirige Antonio Coto ultima la refinanciación de su deuda a corto plazo al tiempo que lidia con la ruptura de su consejo de administración y la incertidumbre sobre si su principal accionista, el magnate ruso Mijáil Fridman, acudirá a la ampliación de capital con la que se pretende encauzar la compañía en los próximos meses.

El terreno sobre el que se mueve está tan empantanado que la agencia S&P duda ya que DIA sea capaz de lograr una estructura de capital sostenible a largo plazo y de que su actual consejo sea el adecuado para salir victorioso de este desafío. Así lo refleja el último informe elaborado por la agencia en el que recorta nuevamente su calificación, de ‘B’ a ‘CCC+’, y en el que dibuja un panorama sombrío para DIA en los próximos siete meses.

“Tiene que conseguir que su estructura de capital sea sostenible con un acuerdo de refinanciación de sus vencimientos en 2019 y concluir con éxito -o hacer que Morgan Stanley suscriba- una ampliación de capital por 600 millones”, indican los analistas de S&P.

DIA tiene aproximadamente 900 millones de euros en bonos con vencimiento en los próximos cinco años, de los cuales 306 millones vencen en 2019. Además, tiene 100 millones en préstamos bancarios con vencimiento el próximo año y 130 millones en 2020, según datos de Bloomberg.

Con el rechazo inicial por parte de Banco Santander al plan de financiación alternativo que pretendía Letterone, como indica El Confidencial, la única salida de DIA por el momento es lograr esa ampliación de capital que, si bien no será la solución definitiva a sus problemas, al menos servirá de balón de oxígeno. “El negocio no está yendo bien y la empresa tiene muchas cosas que cambiar”, apunta a Bloomberg Gonzalo Sánchez, gestor de renta variable de Gesconsult, que considera que la compañía está perdiendo de vista a sus competidores.

¿QUÉ HARÁ FRIDMAN?

El fondo de Fridman decidió este martes abandonar el consejo de la cadena de supermercados y trabajar por su cuenta en un plan de negocio que presentarán a los stakeholders de DIA, acreedores bancarios incluidos.

La compañía aún tiene potencial y espacio para crecer. Pero, en su opinión, los acuerdos de refinanciación que se están planteando y el plan de negocios esbozados no son suficientes para reflotar una compañía al borde de la quiebra, y su equipo gestor actual tampoco es el adecuado para lograrlo.

Las negociaciones que se están cerrando van dirigidas a las líneas de liquidez por 200 millones. Ese dinero compra tiempo hasta que logre sacar adelante la ampliación de capital que, según la compañía, llegaría en primavera ya que primero hay que cerrar el ejercicio y pasar por la junta general de accionistas para que se apruebe. Esta ampliación está garantizada al 100% por Morgan Stanley aunque con condiciones y son estas pautas las que no convencen al fondo de Fridman, señalan fuentes del mercado, que indican además que Letterone busca acuerdos de largo plazo que garanticen poder desarrollar un plan de negocio con un horizonte de tres a cinco años.

¿Acudirá Fridman a la ampliación? Desde Letterone aún no se pronuncian al respecto. Si quiere mantener su porcentaje actual del capital, un 29%, debería acudir con alrededor de 174 millones de euros. Pero no está claro que el magnate ruso quiera invertir aún más en DIA, dado que alcanzar su posición actual ya le ha costado más de 500 millones.

Si supera ese porcentaje tendría que lanzar una oferta por el 100% de la compañía de acuerdo a la Ley de OPAs y hacerlo al precio máximo al que compró en los últimos 12 meses. La última compra la realizó el pasado 28 de septiembre, a 2 euros por título. Aun así, el fondo de Fridman ha reiterado en diversas ocasiones que lanzar una OPA sobre DIA no está en sus planes.

LA PEOR ACCIÓN DEL MERCADO ESPAÑOL

A punto de cerrar un 2018 para el olvido, DIA ha perdido el 90% de su valor en bolsa, más de 2.400 millones de euros. En otra jornada de altibajos marcada por el recorte que S&P dio a su calificación, el grupo cerró con una caída de 1,88%, hasta los 0,10 euros.

Su valor actual, en torno a los 250 millones, es el más bajo desde su oferta pública inicial en 2011 y los analistas la sitúan ya como la peor acción del mercado español este año. Y este mal desempeño podría mantenerse durante 2019, consideran en S&P. “El modelo de negocio necesita una transformación profunda para recuperar competitividad y recuperar los márgenes”, opinan los analistas.

La agencia prevé una contracción del ebitda de DIA del 40% para el ejercicio 2018, a una horquilla de entre 270 y 300 millones, desde los 496 millones de 2017. Además, estiman que la deuda neta incrementará a entre 370 y 400 millones.

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