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Las idas y venidas bursátiles en Deutsche Bank no paran, ya sea porque preocupa la débil situación que atraviesa, porque alguien está interesado en comprarlo o porque, como en esta ocasión, la propia entidad ha anticipado que presentará unas cifras mejores de lo esperado.
Deutsche Bank espera publicar unas ganancias antes de impuestos en el segundo trimestre de unos 700 millones de euros y un beneficio neto de aproximadamente 400 millones de euros. "Los resultados están considerablemente por encima de la estimación media del consenso", dijo el principal prestamista de Alemania en un comunicado.
El banco germano añadió que espera que los ingresos del grupo sean de alrededor de 6.600 millones de euros.
"Se trata de una buena noticia para el nuevo director ejecutivo de la entidad, Christian Sewing, aunque puede que ésta se deba más a un poco de buena suerte y al trabajo de su predecesor, John Cryan, que a la reestructuración recientemente anunciada", señala Neil Wilson, analista de Markets.com. "(Deutsche Bank) se enfrenta aún a considerables riesgos relacionados con la ejecución de su estrategia y a dudas sobre su recuperación, por lo que estas subidas podrían ser tomadas como una oportunidad de venta para algunos. Tal vez sea un poco grosero mostrarse demasiado negativo, pero sigue siendo un hábito difícil de deshacer a la vista de los últimos años", añade este experto.
Frente a las previsiones que ahora tiene la dirección de la empresa, el consenso prevé un beneficio antes de impuestos de 321 millones de euros y un beneficio neto de 159 millones de euros. La estimación de las ventas también está por debajo de lo previsto ahora por el banco: 6.400 millones de euros.
"Todo esto significa un gran impulso para las reservas de capital: el ratio CET1 se espera en el 13,6% frente a una estimación del consenso del 13,3%", subraya Wilson.
Estos resultados, recalcan desde Markets.com, son "un alivio bienvenido tras una serie de malas noticias después del anuncio de la reestructuración, incluyendo el hecho de que su unidad en Estados Unidos haya fracasado en las últimas pruebas de estrés de la Reserva Federal".
El pasado mes de junio, S&P decidió además recortar la calificación de Deutsche Bank desde 'A-' hasta 'BBB+'. Aunque la agencia no puso en duda la solidez del banco, señaló que la reestructuración planteada es grande y arriesgada y que "los riesgos de ejecución no son despreciables".