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Deutsche Bank ha emitido un informe sobre Tesla en el que eleva desde los 966,41 dólares hasta los 1.000 dólares el precio objetivo por acción de la fabricante de vehículos eléctricos.
Llegan a esta conclusión después de analizar algunos de los puntos fuertes de la compañía de cara al próximo año. Destacan, entre otras razones, la fuerte confianza en que el margen operativo seguirá creciendo con el tiempo desde el 14% registrado en el tercer trimestre.
Asimismo, la subida de precios de Tesla en algunos de sus modelos es necesaria para compensar el exceso de demanda con la oferta y mantener unos tiempos de espera que van desde los 6 meses para el M3+Y y los 1,3 años en el Model S+X.
Además, la compañía se beneficia de una alta demanda en el mercado del automóvil, por lo que el éxito de los coches eléctricos no depende ahora de la cartera de pedidos, sino de la capacidad de producción, la posibilidad de garantizar el suministro y el mejor coste. En estos aspectos, Tesla considera que tiene una ventaja considerable.
El siguiente gran hito, según la entidad, será la puesta a disposición de todos sus clientes estadounidenses de la conducción autónoma. Esto supone una cartera de un millón de vehículos, por lo que podría tener un impacto notable en el índice de uso y rentabilidad.
Por otro lado, los datos que llegan de terceros sobre la producción de Shanghái, que estiman en 600.000 unidades anuales, no son compatibles con los dados por la compañía, que ponían el límite en unos 450.000 vehículos. La puesta en marcha de las fábricas de Berlín y Austin supondrán un coste mayor que en el caso de la asiática.