Repsol vivió este lunes una de sus jornadas más complicadas en bolsa. Un desplome del 15% motivado no sólo por el golpe general a los mercados consecuencia del coronavirus, también por el hundimiento de los precios del crudo (hasta registrar la mayor caída desde 1991), las previsiones de una reducción del consumo de petróleo y el temor de los inversores a que se genere una guerra de precios entre países productores. Un cóctel de motivos que golpea a la energética española a sólo unas semanas de presentar su nuevo plan estratégico.
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La compañía presidida por Antonio Brufau tiene marcado en el calendario el próximo 5 de mayo como la fecha de presentación de su nueva hoja de ruta para los ejercicios 2020-2025. Y el entorno, con el terremoto de las últimas jornadas, ha cambiado sustancialmente.
De momento, la energética ya ha desvelado algunas líneas iniciales. Se trata de una nuevo plan estratégico que tendrá en el foco tanto el negocio de producción como el de distribución ('upstream' y 'downstream'); que contempla un enfoque multienergético, después de que Repsol haya dado un giro para ser más que una petrolera y apueste por el negocio renovable; y que prevé un dividendo estable “con espacio para compra de acciones adicionales”.
OPCIÓN ABIERTA
Esa compra adicional es una opción sobre la mesa. De momento, la compañía capitaneada por Josu Jon Imaz ha comunicado que antes de la junta de accionistas, que también será en mayo, lanzará un programa de adquisición de títulos vinculado con la reducción del 5% del capital social.
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Repsol juega con fuego con el rating tras reducir un 20% su capital por las pérdidasEn cuanto al dividendo en sí, su previsión es alcanzar el euro bruto por acción en este 2020, bajo la fórmula de ‘scrip dividend’ y, además, la citada reducción de capital, para evitar cualquier dilución.
Hay espacio para compras adicionales porque el propio Imaz lo reconoció abiertamente a los inversores. “Estamos cómodos con el actual dividendo", pero vio opción a "cualquier oportunidad que tengamos para realizar recompras adicionales, en caso de no tener oportunidades de inversión claras y rentables”, aseguró Imaz en la conferencia con analistas tras presentar los resultados de 2019. Unos resultados en los que desvelaba unas pérdidas de 3.816 millones de euros, tras corregir el valor de activos en más de 4.800 millones.
En este mismo sentido, dejó la puerta abierta a una mejora de la retribución, desde el mencionado euro por acción. “Lo haré en caso de tener flujos de efectivo adicionales o no tener oportunidades claras para invertir con los rendimientos que esperamos”. aseguró el CEO de Repsol. Eso sí, eso fue en un escenario previo al coronavirus y al golpe al consumo de petróleo para el año en curso.