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Cristina Ruiz ha presentado su dimisión como consejera delegada de Indra TI al consejo de administración de la compañía, celebrado este jueves por la tarde en Madrid, según informó la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Ruiz tenía a su cargo el área de Tecnologías de la Información (TI) de la compañía y de la filial de consultoría Minsait. Según publican distintos medios, ha dimitido por "razones personales". El máximo órgano de Indra ha agradecido su "valiosa contribución y liderazgo" y ha valorado "muy positivamente" su gestión en el área de negocio de TI.
El consejo ha decido, asimismo, nombrar a Luis Abril Mazuelas consejero ejecutivo y director general de TI en Indra, y responsable de Indra Soluciones Tecnologías de la Información (Minsait), que mantendrá su autonomía de gestión.
Luis Abril ya desempeñaba las tareas de director general de varias áreas relevantes de negocio de Minsait. El nuevo consejero ejecutivo se incorporó a Indra hace ocho años y es licenciado en Administración de Empresas y Derecho por ICADE y ha realizado un MBA en la Sloan School of Management (MIT). Previamente, desempeñó altas responsabilidades en McKinsey durante 15 años, firma de la que llegó a ser socio.
La junta de accionistas de Indra se celebrará el 23 de junio en Madrid y deberá refrendar el nombramiento de Abril como consejero ejecutivo.
Para los analistas de Renta 4 se trata de una "noticia negativa". Como detallan, el anuncio de la salida de Cristina Ruiz se suma al de Javier Lázaro hace menos de un mes, ambos miembros de la cúpula directiva de Indra, responsables de la gran transformación que ha realizado el grupo, primero en 2015, tras la llegada de Fernando Abril-Martorell, y después en 2020, con motivo de la crisis motivada por el Covid-19.
"Ambos contaban con la confianza de los inversores después de haber conseguido restructurar el grupo, haciéndolo más competitivo y mejorando su rentabilidad, de haber sentado las bases para que la compañía acelere el crecimiento de ingresos y prosiga en la recuperación de márgenes, y de haber situado a la compañía con el menor nivel de deuda desde 2008", añaden.
Consideran que, "a pesar de la buena evolución operativa del grupo y de las favorables perspectivas, esperamos impacto negativo debido a la inestabilidad en la cúpula desde el anuncio de aumento de participación del Estado". Sitúan su precio objetivo en los 12,5 euros, con una recomendación de 'sobreponderar'.
