Existía la idea generalizada de que la crisis del Covid-19 iba a abaratar los alquileres, pero no hay nada más lejos de la realidad. Pasan los meses y las correcciones en los precios son mínimas, debido a que el actual parque de vivienda en arrendamiento no puede absorber toda la demanda. La única solución para hacerlos más asequibles es seguir construyendo casas destinadas al alquiler, un objetivo que ya están persiguiendo algunas administraciones públicas.
El último Índice Inmobiliario de Fotocasa descubre que el precio de la vivienda de alquiler en España aumentó un 9,8% interanual en mayo, hasta los 10,91 euros por metro cuadrado. Se trata de un incremento de casi dos dígitos, que supone el quinto mes consecutivo de subidas en la renta media desde que comenzó 2020. Respecto a abril, sí que se produjo un leve ajuste del 1%, pero es el primer descenso mensual en lo que va de año.
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Estos datos demuestran que los precios del alquiler siguen registrando incrementos interanuales similares a los que se veían antes de la pandemia. Como apunta la directora de Comunicación de Fotocasa, Anaïs López, se debe a que "actualmente existe una alta demanda de vivienda en alquiler y la oferta existente no es necesaria". Por lo tanto, "mientras la oferta y la demanda no esté más equilibrada continuaremos registrando incrementos en el precio del alquiler", explicaba.
Un estudio de la Asociación Española de Personal Shopper (Aepsi) arroja una lectura muy similar. Sostiene que solo los arrendamientos más caros (superiores a 1.200 euros al mes) han observado descuentos de entre el 10% y el 15% tras el confinamiento. Sin embargo, las rentas inferiores a 1.000 euros se han mantenido estables por la elevada demanda existente actualmente.
El sector inmobiliario comparte estos análisis de forma unánime. De hecho, es una de las principales reivindicaciones de la Asociación de Propietarios de Vivienda en Alquiler (Asval), que se fundó hace dos meses y, desde entonces, defiende la necesidad de atraer inversión local e internacional para incrementar la oferta y conseguir precios más asequibles. Esta organización considera que se podrían construir hasta 1,5 millones de pisos con arrendamientos por debajo del precio de mercado.
Ni siquiera la reconversión de los pisos turísticos en viviendas de alquiler tradicional ha servido para desahogar la demanda. Muchos propietarios tomaron esta decisión por la paralización del turismo, pero se trata, sobre todo, de inmuebles situados en Madrid y Barcelona, las dos ciudades con más déficit de oferta en toda España.
INICIATIVAS DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
El Gobierno ya tenía en mente atajar este problema antes de que estallase esta crisis. Una vez ha pasado lo peor de la pandemia, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana vuelve a retomar su plan para aumentar el parque de pisos públicos en alquiler mediante la concesión del derecho de uso de suelos públicos. La previsión de la cartera que dirige José Luis Ábalos es que este proyecto de colaboración público-privada genere 148.000 empleos durante los dos próximos años.
La Generalitat de Cataluña intenta atajar la escasez de oferta utilizando fondos del Plan Estatal de Vivienda 2018-2021 para subvencionar a los promotores privados que estén dispuestos construir vivienda de alquiler para protección oficial. La idea es construir residencias que serán arrendadas durante un mínimo de 25 años a personas con ingresos inferiores a los 33.838 euros al año.
