A pesar de la subida de los tipos de interés y del débil del crecimiento económico, el sector europeo de la construcción se ha visto impulsado en el Viejo Continente, América Latina y Estados Unidos, regiones en las que operan las empresas europeas, gracias al estímulo gubernamental a los proyectos de infraestructuras. Un factor que ha contribuido a contrarrestar el impacto de la pandemia y a invertir en la transición energética, según se desprende del último informe elaborado por Scope.
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Sin embargo, y a pesar de contar con una sólida de cartera de pedidos, las constructoras se enfrentan a una reducción de los márgenes de beneficio debido a los cuellos de botella en la cadena de suministro y al aumento de los costes.
"Las constructoras se enfrentan a una reducción de los márgenes de beneficio debido a los cuellos de botella en la cadena de suministro y al aumento de los costes, incluso cuando la cartera de pedidos es sólida. Esa es la razón por la que cada vez más grandes empresas europeas buscan ampliar su negocio de concesiones", explica Rigel Patricia Scheller, directora de ratings de Scope.
De hecho, en el segundo trimestre de 2023, la cartera de pedidos del sector alcanzó una media inusualmente alta de nueve meses. Por el contrario, el aumento de los tipos y la ralentización del crecimiento han frenado la demanda de construcción de nuevos edificios comerciales y residenciales.
"Las concesiones suelen generar un flujo de caja menos cíclico y márgenes más elevados gracias a la gestión de infraestructuras basadas en tasas, como autopistas y puentes", afirma Rigel Patricia Scheller.
En 2022, las concesiones solo aportaron en torno al 20% de los ingresos de grandes empresas del sector, como las francesas Vinci SA y Eiffage SA, pero más del 65% del EBITDA y del beneficio de explotación, respectivamente.
Empresas como las españolas Ferrovial, ACS y Sacyr se han propuesto aumentar el volumen de su negocio de concesiones en los próximos años. "Las tres empresas han vendido activos por valor de 7.000 millones de euros en los dos últimos años, lo que les ha proporcionado fondos para adquisiciones, entre ellas varias en Estados Unidos", agrega la experta de Scope.
Ferrovial ha invertido en un proyecto de 9.500 millones de euros para renovar las terminales de pasajeros del aeropuerto JFK (Nueva York).
ACS ha comprado el 56,7% de la autopista de peaje SH 288 en Texas por 1.000 millones de euros. Un consorcio integrado por Sacyr negocia la construcción, explotación y mantenimiento durante 50 años de un tramo de autopista en Luisiana.
"En Europa, la financiación de carreteras y ferrocarriles por la Comisión Europea y los gobiernos nacionales son buenos ejemplos del estímulo que reciben los proyectos de ingeniería civil e infraestructuras sociales, que impulsan el crecimiento del sector, estimado por Euroconstruct entre un 2% y un 3% anual", comentan desde la firma.
LA INFLACIÓN REDUCE LOS MÁRGENES DE BENEFICIO
La rentabilidad de las empresas constructoras sigue presionada por los elevados costes energéticos y la escasez de algunas materias primas, a pesar de la buena situación de los pedidos pendientes.
"Aunque han disminuido las perturbaciones en las cadenas de suministro relacionadas con la pandemia y se está relajando cierta presión sobre los precios, prevemos que los márgenes de EBITDA se mantendrán estables pero por debajo del 5%. La inflación seguirá reduciendo los márgenes de beneficio de las constructoras, ya que suele haber poco margen para ajustar los precios de los contratos existentes", valora Rigel Patricia Scheller.
No obstante, y en términos generales, las perspectivas crediticias de las empresas del sector europeo de la construcción se mantienen "estables".
Las perspectivas para las empresas más pequeñas, relativamente poco diversificadas por sectores y países, son menos favorables.
"Las economías de escala son importantes en el sector de la construcción: el tamaño aumenta la capacidad de una empresa para participar en licitaciones y negociar mejores precios y acceso a materias primas como clientes a granel", analiza la estratega de Scope.
Asimismo, las perspectivas parecen menos halagüeñas para las constructoras más expuestas a la edificación. El endurecimiento de las condiciones crediticias está limitando la demanda, de ahí el descenso de la construcción residencial, con varios proyectos retrasados o paralizados debido a la incapacidad de los clientes para obtener financiación.
"Un factor de compensación serán los programas gubernamentales para fomentar la renovación del parque de edificios residenciales antiguos", concluye Rigel Patricia Scheller.