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Cartel de alquiler en un edificio de viviendas ubicado en MadridAlberto Ortega - Europa Press - Archivo

Compartir una vivienda en España es un 73% más caro en 2023 respecto de los precios de 2015, lo que supone un desembolso adicional de 445 euros al mes de media, según recoge el portal inmobiliario Fotocasa en un informe publicado este miércoles.

Según los datos recogidos por la entidad, las Comunidades Autónomas en las que se ha observado un mayor incremento este año respecto al anterior fueron Canarias, con un 28,6% más, País Vasco -12,2% más-, Cataluña -9,6% más- seguidas de la Comunidad Valenciana -8,1%-, Madrid -5,8%- ,Andalucía -3,4%- ,Aragón -2,0%- y Castilla-La Mancha -0,4%-.

Sin embargo, hay autonomías en las que no se ha producido ningún incremento, sino que el precio de compartir habitación se ha reducido. Es el caso de Galicia con un descenso del 4,7%, mismo porcentaje registrado en Castilla y León, seguida de la bajada del 3,3% en la Región de Murcia y finalmente Asturias con una caída similar -3,2%-.

Si se comparan estos precios con los de 2015, en ocho Comunidades Autónomas se ha incrementado más de un 50%: Navarra -115,7%-, Canarias -91,6%-, Cataluña -82,6%-, Comunidad Valenciana -78,5%-, Galicia -56,3%-, Madrid -55,0%-, Región de Murcia -51,9%- y Andalucía -50,5%-.

CIUDADES MÁS CARAS PARA COMPARTIR PISO

La ciudad más cara de España para compartir vivienda es Barcelona capital, en la que de media se pagan 590 euros al mes por cada habitación. El resto de las ciudades que se encuentran por encima de los 400 euros al mes son Bilbao -536 euros-, L'Hospitalet de Llobregat -534 euros-, Madrid capital -522 euros- Pamplona/Iruña -504 euros-, Málaga capital -463 euros-, Villaviciosa de Odón -450 euros- y Getafe -446 euros-.

Por otro lado, las ciudades más económicas para practicar este tipo de alquiler son Alcoy, con una media de 206 euros al mes, Jaén capital con un total de 240 euros y Elche con un coste mensual de 249 euros.

Ante estos datos, la directora de Estudios y portavoz Fotocasa, María Matos asegura que debido a que "la gran mayoría de demandantes no puede permitirse un alquiler de una vivienda entera, ya que ronda los 900 euros", muchas personas pero especialmente los jóvenes decidan "darse por vencidos y a compartir vivienda, como solución habitacional al poder repartir gastos".

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