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Es el patrocinado estrella de Telefónica y la operadora ha aprovechado el tirón de Rafael Nadal para vestir de gala su proyecto 42 Madrid, el campus de programación sin libros ni profesores. Un acto en el que el doce veces ganador de Roland Garros dio al presidente de la operadora José María Álvarez-Pallete algunas de las claves de su trayectoria que bien podrían aplicarse al terreno empresarial.
PLANTEARSE METAS A CORTO PLAZO
El mejor tenista español de todos los tiempos nunca se planteó llegar tan lejos. Nadal reconoció que, desde que comenzó a competir con ocho o nueve años, sus metas se han ido marcando a corto plazo. “Vivía mi día a día con la ilusión de mejorar en cada entrenamiento y competir bien”. Ni rastro de plantearse levantar la parisina Copa de los Mosqueteros. “Mi ilusión era cómo mejorar cada día para ser lo más competitivo posible”, recalcó.
En el terreno empresarial, una de los retos más inminentes para Telefónica es qué ocurrirá en Brasil, uno de sus mercados clave. La compañía madrileña se perfila como uno de los candidatos a hacerse con parte de los activos de su competidora Oi. Una operación que, además, no afrontaría en solitario, ya que podría llevarse a cabo de forma conjunta con América Móvil, controlada por el magnate mexicano Carlos Slim; y la filial brasileña del grupo italiano TIM.
LA IMPORTANCIA DEL EQUIPO
Los grandes retos no se afrontan en solitario. “Cuando uno tiene frustraciones, limitaciones, o cuando no cumples objetivos, tener a alguien a tu lado que te ayude es una forma muy sana de aprender”, explicó Nadal a Álvarez-Pallete y a los estudiantes de 42 Madrid, que estudian programación sin tener que enfrentarse a exámenes. “Cuando eres pequeño no puedes elegir qué personas tienes al lado. Es suerte. Pero con una edad avanzada es muy importante saber elegir la gente que tienes alrededor, que sea muy buena a nivel profesional y a nivel humano”.
Precisamente, Telefónica está ahora inmersa en un nuevo proyecto de reducción de su masa laboral. Hace sólo unos días, cerró un plan de 4.500 bajas, incluidas prejubilaciones forzosas para aligerar una plantilla que, en España, hasta ahora suma 25.000 personas.
ASUMIR QUE LA VIDA PROFESIONAL “NO ES ETERNA”
“Mi carrera no es eterna. Yo tengo una fase final, por desgracia, y es momento de preparar el futuro. La academia es una forma bonita de seguir, para ayudar a los jóvenes tenistas a sacar el máximo rendimiento deportivo”. Una academia que le patrocina Movistar. Nadal insistió en que hay que enseñar a esos profesionales a que a la élite llegan muy pocos y que la mayoría se queda en el camino a la cumbre.
En el caso de Álvarez-Pallete, salvo sorpresas, aún le queda una larga trayectoria por delante porque, aunque se incorporó a Telefónica en 1999, llegó a la presidencia hace tres años. “Si lo piensas te agobia la responsabilidad. Yo llevo 20 años en la casa, la conoces y sabes la potencia. Aquí hay mucha gente que lo hace muy bien y eso te quita responsabilidad”, desveló el directivo.
SABER CRECER CON (Y SIN) TECNOLOGÍA
Pese a formar parte de la generación ‘millennial’, Nadal asume que su desarrollo profesional no ha estado marcado por los cambios tecnológicos. “Yo he crecido sin ella, pero con los jóvenes no puedes imaginar una vida en el tenis sin apoyarte en la tecnología”. El tenista de Manacor asume que los avances tienen dos caras. “Hay muchas cosas que son decisivas y cambian el mundo para bien, pero la tecnología también sustituye cosas de las que el ser humano no debe prescindir”.
Nadal advertía de esta doble cara de la tecnología ante los estudiantes de 42 Madrid. El proyecto de la operadora, para jóvenes mayores de 18, que quieren aprender a programar. Trae a España el modelo de formación ideado por el francés Xavier Niel, que Telefónica va a trasladar a otras ciudades, además de Madrid. En concreto, a Barcelona, Málaga, Valencia o Sao Paolo.
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RECUPERARSE DE LOS “BATACAZOS”
Caer y levantarse. Nadal sabe que uno de sus puntos fuertes, que valoran los aficionados, es su capacidad de recuperación y de concentrarse en cada punto. “Siempre se me alaba el espíritu pero es que yo hago lo que me gusta y, cuando haces lo que te gusta, el espíritu de sacrificio no lo sientes como tal. Luego ganar o perder es una circunstancia”, resumió. “Personalmente, el sacrificio del que estoy satisfecho es la capacidad de superación. Seguir haciendo lo que te apasiona a pesar de los problemas. Yo los he tenido, físicos, cuando el cuerpo no responde, los batacazos que te vas pegando”. En el caso de Telefónica, uno de los retos que aún tiene que ir superando este año es su vaivén en bolsa.
… Y EL SUEÑO DEPORTIVO DE PALLETE
Al margen de la evolución de Nadal, el presidente de Telefónica reconoció que él también tiene metas en el terreno deportivo: acabar los maratones en los que compite. “Más que enseñar a ganar, hay que enseñar a perder. Yo no me imagino ganando unos juegos olímpicos. Mi meta es acabar un maratón y acabarlo bien”.