Los analistas de Danske Bank lo tienen claro: si el Gobierno de China no actúa sobre Evergrande, "la alternativa podría ser una crisis financiera con efectos muy graves para la economía", dicen en un informe. Y es que desde la entidad temen un posible efecto dominó que tenga consecuencias económicas a nivel global.
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Julius Baer: los extranjeros están más preocupados por Evergrande que los chinos"Creemos que un impago podría desencadenar un mayor contagio en los mercados chinos, con cierta repercusión en los mercados mundiales. En nuestra opinión, se necesita un disyuntor para calmar a los inversores y detener la actual espiral negativa", señalan los expertos.
Solo este año, Evergrande debe pagar 669 millones de dólares de bonos de deuda y los temores del mercado sobre la posibilidad de que no haga frente a ellos se han acrecentado durante los últimos días. Entre las alternativas, una de las hipótesis que manjean desde Danske Bank es que el Ejecutivo chino la deje caer pero que la intente "cercar" para evitar el contagio.
Especulan con que "podría hacerse ordenando a los bancos estatales que compren bonos de alto rendimiento en el mercado y en las emisiones de bonos de otros desarrolladores". Añaden que las entidades públicas podrían prestar a otras compañías "el dinero suficiente para evitar que otros incumplan".
Un recorte en el coeficiente de reservas obligatorias liberaría más liquidez en el sistema para que los bancos compren bonos, por lo que al ver la mano tendida del Gobierno, los inversores también se animarían.
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China no rescatará a Evergrande a menos que haya un "contagio de gran alcance", según S&PPonen de ejemplo el caso del Banco Central Europeo (BCE) con la crisis de deuda europea. "Al igual que los inversores comenzaron a comprar bonos españoles e italianos cuando el BCE dijo que haría "lo que fuera necesario" en julio de 2012 [...] ya que eliminó el riesgo de refinanciación y de impago para los países periféricos".
A esta situación se ha llegado en un contexto de promotores inmobiliarios muy endeudados tras años de expansión, provocando que empresas como Evergrande, la segunda mayor del sector en China, haya optado por herramientas de financiación creativas.
La compañía tiene en la actualidad 300.000 millones de deuda, equivalente a un 2% del Producto Interior Bruto (PIB) chino. En 2020, las autoridades endurecieron los límites de deuda y aumentaron los requisitos de liquidez, complicando la situación de algunas promotoras más apalancadas, como Evergrande.
Para el Danske Bank, el peor escenario es que Pekín no intervenga y haya un "efecto dominó" que acabe en una crisis financiera. Dentro de sus estimaciones, cabe la posibilidad de que el Gobierno chino actúe pero muy tarde, "y que los mercados financieros y la economía mundial recibian un gran golpe antes de que las cosas vuelvan a cambiar".
Ante esto, los analistas concluyen que creen que Evergrande incumplirá está semana con sus obligaciones de deuda y que la cosa empeorará antes de mejorar. Según su análisis, el momento en el que las cosas mejoren "es muy difícil de prever", ya que dependerá cómo reaccionen los mercados y de "la paciencia de Pekín antes de intervenir".