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El miedo es un sentimiento irracional, igual de irracional que la decisión de los estadounidenses de dejar de dejar de consumir la cerveza Corona, conocida popularmente como Coronita, después de que se la haya asociado sin fundamentos con el brote de coronavirus.
Las redes sociales no han tardado en llenarse de memes en los que se hacen chistes con la similitud entre ambos nombres, sin embargo, la situación es más crítica de lo que puede parecer en un principio. Su propietaria, Anheuser Busch Inbev, está cotizando en la bolsa de Bruselas en torno a los 50 dólares, mínimos que no se veían desde febrero de 2012.
Estos números rojos se han agravado desde que el coronavirus salió de las fronteras chinas. Sus acciones han caído cerca de un 30% desde el 21 de enero, cuando se registra el primer caso en Estados Unidos y se empieza a propagar el miedo entre la sociedad.
En una situación muy parecida está Constellation Brands, compañía encargada de la distribución de Coronita en Estados Unidos. Desde que se registra el primer caso retrocede cerca de un 10%. En este caso la caída es más pronunciada en cuanto el coronavirus empieza a propagarse por Occidente, desde el 20 de febrero sus títulos se han desplomado cerca de un 20%, lleva seis jornadas consecutivas en rojo.
Las caídas en bolsa son tan solo la punta del iceberg del problema de la cervecera. Dos encuestas publicadas en los últimos días en Estados Unidos reflejan que se está produciendo un importante descenso en el consumo de este producto. Según datos de 5W Public Relations el 38% de los estadounidenses asegura que no compara Corona "bajo ninguna circunstancia".
Otra encuesta realizada por YouGov muestra que la intención de los consumidores de comprar Corona ha caído a su nivel más bajo de los últimos dos años. Esto se ha producido en un momento en el que la compañía está intentando relanzar su imagen. De hecho, se ha gastado 40 millones de dólares para lanzar Seltzer, un nuevo producto de la marca corona.