El consejero delegado de Deutsche Bank, Christian Sewing, se ha mostrado tajante ante los rumores que apuntan a la posibilidad de que el banco pueda comprar Commerzbank (CBK). "No diría que es una prioridad, para ser honesto", ha señalado en declaraciones 'CNBC' en el marco del Foro de Davos.
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"Siempre he dicho durante años que las fusiones y adquisiciones en la industria bancaria, particularmente en Europa, deben llegar en algún momento, pero lo más importante para eso es que se cumplan ciertas condiciones previas: condiciones previas desde el punto de vista regulatorio, finalización de la unión bancaria", ha dicho Sewing.
Ambas entidades alemanas abandonaron un plan de fusión en 2019, pero las preocupaciones sobre la rentabilidad y algunas de sus participaciones en la compañía han reavivado las especulaciones sobre una posible unión en las últimas semanas.
Así lo adelantaba 'Bloomberg' hace tan solo unos días, cuando informaba que Deutsche Bank estaba analizando de nuevo la opción de comprar Commerzbank con el objetivo de ganar tamaño y aprovechar sinergias para aumentar su rentabilidad.
Los expertos de Bankinter señalaron al respecto que "no descartamos una operación corporativa", pero añaden que "la probabilidad que asignamos a una integración entre Deutsche Bank y Commerzbank es reducida (30%)".
El estado alemán todavía tiene una participación del 15% en Commerzbank, pero Reuters adelantó a principios de esta semana que el ministro de Finanzas, Christian Lindner, está abierto a deshacerse de ella.
En este sentido, desde Bankinter consideran "más probable" que el Gobierno alemán, accionista significativo de Commerzbank con un 15% del capital, "opte por reducir su participación mediante una colocación acelerada entre inversores institucionales/fondos de inversión".
"Una operación sólo tendría sentido por las sinergias potenciales de ahorro en costes siempre que se plantease mediante un canje de acciones (sin pago en efectivo)", añaden los estrategas del banco español.
La fusión de los dos bancos más grandes de Alemania crearía una entidad combinada con alrededor de 2 billones de dólares en activos, aunque la baja valoración de Deutsche Bank podría complicar cualquier movimiento de este tipo.