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Cementos Molins se mantiene en la senda de crecimiento que la empresa se ha fijado hasta 2020 en las economías en desarrollo. La empresa sigue desplegando su plan para destinar 300 millones de euros en los próximos dos años con el fin de incrementar su presencia en Colombia, Argentina y Bangladesh. La cementera prolonga así sus objetivos de crecimiento en países emergentes, donde hay oportunidades de expansión del 20%, según ha explicado el consejero delegado de la compañía, Julio Rodríguez.

La cantidad dedicada a estos mercados hasta el fin de la década se suma a los 267 millones que la empresa de la familia Molins ha invertido de 2015 a 2017 en sus proyectos de México y Bolivia, principalmente, así como al proyecto de Ecocementos S.A.S., surgido de la alianza con el grupo colombiano Corona.

Sólo hasta septiembre de 2018, las inversiones totales ascienden a 73 millones de euros y sobresalen los trabajos de construcción de la Planta Integral de Cemento en Río Claro, ubicada a 170 kilómetros de Medellín y 220 de Bogotá y que operará a partir del primer semestre de 2019. Así como el de San Luis (Argentina) donde la empresa ha desembolsado un total de 193 millones de euros en la planta de La Calera, que gestiona a través de la sociedad Cementos Avellaneda.

Además, a principios de año adquirió el negocio de moliendas de Holcim Bangladesh Ltd., a través de su filial bangladesí. El Grupo Cementos Molins está presente en este país desde 2006 con LafargeHolcim Bangladesh. Durante la 'Global Alliance Partners Conference' organizada por GVC Gaesco en Barcelona, Rodríguez ha subrayado el interés de la compañía en esta región de la que espera un gran retorno y donde prevé pisar el acelerador en los dos próximos años.

Durante la presentación de resultados del tercer trimestre, la empresa señaló que la aportación de este proyecto al Ebitda de la cementera en los nueve primeros meses del año ha sido de 1 millón de euros. Sin embargo, el beneficio bruto de explotación ha disminuido de enero a septiembre un 10% respecto al mismo periodo del año anterior a causa del efecto contable del ajuste por la inflación en Argentina. Pero la empresa puntualizó que en los mismos términos comparables, el crecimiento del Ebitda habría sido del 9,8%, aumentando también en todos los países menos en México.

El beneficio neto fue 64 millones de euros en el período, una cifra un 6% inferior

En cuanto al beneficio neto fue 64 millones de euros en el período, una cifra un 6% inferior a la registrada el año pasado. En un comunicado, la compañía arguyó que sin los efectos atribuibles a Argentina y México -por la depreciación de sus monedas- el beneficio hubiera crecido en un 37%. Asimismo, señaló que ha obtenido unos ingresos de 550 millones de euros hasta este septiembre, un 6% menos si se compara con el mismo periodo del año pasado, y, en términos comparables de tipos de cambio, habrían crecido un 13%, subiendo en todos los países menos en México.

La deuda financiera neta aumentó un 14% respecto al cierre del ejercicio 2017 y ha alcanzado los 166 millones de euros debido a las inversiones en curso para las nuevas plantas de Colombia y Argentina, y la adquisición a principios de año de la ya citada molienda de Bangladesh.

PRIORIDAD: SEGUIR CON LA EXPANSIÓN INTERNACIONAL

En cuanto a los pilares de la estrategia del grupo cementero, el consejero delegado ha insistido en que sigue buscando el "crecimiento rentable en aquellos países donde estamos establecidos". La prioridad de la empresa es "la eficiencia operativa para crecer en nuevos mercados o expandir los existentes con el fin de garantizar el crecimiento a largo plazo", ha proseguido Rodríguez.

Asimismo, la compañía busca "situar la sostenibilidad en el centro del negocio y desarrollar oportunidades relacionadas con la economía de baja emisión de carbono", ha agregado el consejero delegado de Cementos Molins. También ha declarado que entre sus prioridades está "impulsar el desarrollo del talento para apoyar nuestros planes de expansión internacional".

Por último, Rodríguez ha hecho hincapié en la sólida generación de flujo de caja de la que disponen para financiar sus inversiones. De hecho, estima que la deuda financiera se mantendrá por debajo de 1 vez su Ebitda hasta 2020, "lo que nos proporciona flexibilidad financiera para aprovechar negocios y oportunidades", concluye.

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