Carlos Slim, el empresario mexicano que tomó el control de la constructora española FCC en 2016, ha aumentado su participación de control en la compañía hasta el 81,49% del capital, provocando que el capital flotante se haya reducido a solo el 4,7% del total.
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Estos cambios en la estructura accionarial de la compañía son resultado de la auto-OPA que la empresa lanzó el pasado mes de agosto para adquirir a los accionistas sus títulos a cambio de una contraprestación de 12,5 euros.
Como un 4,5% de los accionistas aceptaron la oferta y vendieron a la compañía sus títulos --al mismo tiempo que el mexicano no vendió ninguna acción--, su participación de control se ha elevado de forma proporcional sin tener que hacer ningún desembolso personal en la compra de nuevas acciones.
De hecho, la contraprestación se ha realizado con parte de los 400 millones de euros que la compañía ingresó por la venta a CPP Investments del 24,99% del capital de su filial FCC Servicios Medio Ambiente.
Asimismo, el precio de las acciones en el mercado ya ha subido más de un 22% respecto a los 12,5 euros pagados en la OPA o hasta un 65,5% en comparación con los 9,23 euros en los que la compañía cotizaba en Bolsa justo antes de comunicar la operación el pasado mes de junio.
En los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) consta un 84,7% de participación total para Slim, puesto que incluye el 3,2% en manos de Esther Koplowitz, vicepresidenta primera, cuyas acciones están pignoradas a favor del mexicano por unos préstamos por valor de 202 millones de euros. Sin embargo, no tiene el derecho sobre esos títulos, por lo que su participación se limita al 81,5%.
Con todo ello, a precios actuales de cotización, las acciones de Carlos Slim están valoradas en unos 5.700 millones de euros, frente a un valor total para la compañía en Bolsa de 7.000 millones de euros.