CaixaBank ha comenzado a ejecutar su salida del capital de Repsol, reduciendo su participación en el capital de la petrolera al 4,662%, según consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
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La entidad financiera ya anunció que antes de finales de septiembre procedería a la liquidación anticipada de los dos contratos de permuta de renta variable que mantenía sobre un total del 4,61% de Repsol.
Según el comunicado remitido al supervisor bursátil, CaixaBank ha rebajado su posición esta semana en Repsol desde el 9,84% que poseía hasta ese 4,662%.
Con este primer paso en la liquidación de la participación de CaixaBank en Repsol, Sacyr (7,7%) se convierte en el primer accionista de la petrolera, en cuyo accionariado también tienen presencia Bank of America (5,35%), Blackrock (4,98%) y el fondo singapurí Temasek, con una participación en torno al 3%.
La pasada semana, el consejo de administración de CaixaBank acordó desprenderse de toda la participación que la entidad ostenta en Repsol, representativa del 9,36% del capital social, poniendo así fin a su presencia de 22 años en el accionariado de la petrolera.
SALIDA EN VARIAS OPERACIONES
Junto a la liquidación anticipada de los dos contratos de permuta de renta variable existentes ('equity swap') representativos del 4,61% del capital de Repsol, CaixaBank procederá a un programa de ventas para deshacerse de su participación del 4,75% restante, con el objetivo de finalizarlo antes del primer trimestre de 2019. Las ventas se limitarán diariamente a un máximo del 15% del volumen negociado en el día.
Con la decisión de vender su participación en Repsol, CaixaBank también abandonó el consejo de administración de la petrolera, con la renuncia como miembros del órgano rector de su presidente, Jordi Gual, y su consejero delegado, Gonzalo Gortázar.
La entidad financiera estimó que este programa de ventas de la participación en Repsol resultará en una pérdida extraordinaria neta de, aproximadamente, 450 millones de euros en la cuenta de resultados del tercer trimestre de este año y, una vez concluido el proceso de venta, en un impacto neutral en la ratio 'Common Equity Tier 1 (CET1) fully loaded'.
CaixaBank enmarcó esta operación en los objetivos de su plan estratégico 2015-2018, entre los que se incluía reducir el peso del consumo de capital de la cartera de participadas, que al cierre de 2014 alcanzaba el 16% y que, tras las ventas de las participaciones en The Bank of East Asia y Grupo Financiero Inbursa y la toma de control en el portugués BPI, se ha reducido al 5%.