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CaixaBank presentó el viernes unas cuentas anuales que no llegaron a convencer al mercado. Los inversores castigaron a la entidad con un retroceso superior al 7% en bolsa, una penalización que los analistas achacan a una decepción por los resultados del cuarto trimestre. Para sus gestores, sin embargo, el banco ha vivido un buen año y será, de hecho, mejor que 2019, de acuerdo con las estimaciones de CaixaBank.
El banco que dirige Gonzalo Gortázar prevé que su margen de intereses termine 2019 con un crecimiento del 2%, por debajo del 3,4% registrado al cierre de 2018, siempre que el Euríbor continúe el camino de apreciación que lleva por el momento. En todo caso, es cierto que el aumento en el margen de intereses se ha situado por encima de la estimación para 2018 de la propia entidad.
En cuanto a los ingresos por comisiones, también estarán por debajo del avance conseguido en 2018. Para este año, CaixaBank pretende que se incrementen un 3% gracias a un crecimiento en los activos bajo gestión y seguros de ahorro, así como con la captura de oportunidades de negocios en pagos. En 2018, CaixaBank vio crecer sus comisiones un 3,4%, en línea con lo proyectado (3-4%).
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CaixaBank gana un 18% más en 2018, hasta los 1.985 millonesLas entidad engloba bajo el epígrafe de ingresos core la suma del margen de intereses y de las comisiones, de forma que si ambas partidas caen respecto al año pasado, también lo hará él. Concretamente, estos ingresos core avanzarán un 3% según las previsiones del banco, frente al crecimiento del 4,2% de este año.
El plan estratégico 2019-2021 que la entidad presentó recientemente contempla una transformación de oficinas que es el origen del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que CaixaBank va a lanzar este año. La mayor parte del ahorro de costes de este plan se espera a partir de 2020, por lo que el mayor peso de los costes se asumirá al principio del plan, es decir, este año. Así, la entidad espera que los costes recurrentes crezcan un 5% este año, mientras que en 2018 solamente avanzaron un 3,7%.
No ha cambiado su estrategia de bajar la participación que tiene en BFA
No obstante, CaixaBank prevé registrar una tasa de mora mejor en 2019 que en 2018. Al cierre del pasado año, esta ratio se situaba en el 4,7% y el banco que preside Jordi Gual cree que será capaz de batir el dato y rebajarla a menos del 4%.
En todo caso, Gual explicó durante la presentación de resultados del viernes que no hay evidencias de que los próximos años “vayan a ser mejores o peores” en relación con los tipos de interés, por lo que es necesario esperar para ver si se cumplen las previsiones del plan estratégico.
EL LADRILLO DEJARÁ DE DAR PÉRDIDAS
El consejero delegado de la entidad explicó, por su parte, que no le queda mucho recorrido a las pérdidas por el negocio inmobiliario. En 2018, la actividad inmobiliaria, considerada no estratégica por CaixaBank, generó al banco unas pérdidas de 530 millones de euros.
En el banco no esperan “una contribución negativa significativa en el futuro por cuestiones inmobiliarias”, según explicó Gortázar en la presentación de resultados. El peso de esta actividad cada vez es menor en el balance, y más en estos momentos, cuando CaixaBank ha completado la venta del 80% de su negocio inmobiliario a una sociedad constituida con el fondo de Lone Star.
LA ESTRATEGIA EN ANGOLA SE MANTIENE
Una vez concluida también la adquisición de BPI, cuyo capital está en su totalidad en manos de CaixaBank, la entidad continúa con su estrategia de disminuir la participación del 48,1% que tiene en el Banco de Fomento de Angola (BFA).
“No ha cambiado nada. Nuestro 48% no se corresponde al nivel de tenencia que nos gustaría tener a largo plazo”, reconoció Gortázar, si bien apuntó que el banco angoleño “está dando resultados magníficos” y en el banco son “optimistas” sobre el camino que está tomando el país. “No tenemos plazo para que se reduzca la participación. Lo importante es seguir apoyando al país y al banco para que siga la dirección correcta”, añadió.
La participación de la que dispone en la entidad angoleña le ha generado en 2018 un impacto positivo de 155 millones de euros por la devaluación de la divisa, de acuerdo con las cuentas dadas a conocer al mercado.