- En abril de 2014, la entidad catalana cambió sus estatutos para ampliar su ámbito de actuación a "todo el territorio"
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CaixaBank mueve ficha. Mientras los empleados del segundo banco de España por volumen de activos se manifestaban ante sus emblemáticas oficinas de la avenida Diagonal, en repulsa a las cargas policiales del 1-O, en los despachos se cocinaba un comunicado interno en el que Jordi Gual deja patente su determinación para tomar “las decisiones que hayan de tomarse” ante la tormenta perfecta desatada en Cataluña.
En el texto, desvelado por 'Servimedia', la entidad con sede en Barcelona ha trasladado a sus empleados que la prioridad de CaixaBank “es proteger los intereses de sus clientes, accionistas y empleados, garantizando la seguridad de los depósitos”. En el mismo documento, la entidad se refiere al "respeto" al derecho de huelga y manifestación de sus empleados.
En el comunicado, el presidente del banco catalán también subraya que eso será lo que guíe "decisiones futuras" en el caso de que tuvieran que tomarse. Y no acaba aquí, el texto se refiere específicamente a la "integridad de los depósitos", dejando la puerta abierta a un cambio de sede a otra ciudad española en caso de que el Govern de la Generalitat queme sus últimas naves y declare unilateralmente la independencia. En este caso, tendría que buscar un nuevo hogar para garantizar el seguir teniendo acceso a la liquidez del Banco Central Europeo (BCE).
En 2014 la entidad modificó sus estatutos en los que definió formalmente a "todo el Estado" como el ámbito territorial de sus actuaciones
Este movimiento sería fácil y rápido para la entidad que pilota Gonzalo Gortázar. En 2014, antes de la consulta soberanista que el expresident de la Generalitat, Artur Mas, convocó el 9 de noviembre, ya aseguró estar preparada para una eventual ruptura institucional. A finales de abril de ese año y bajo la presidencia de Isidre Fainé, modificó sus estatutos en los que se definió formalmente a "todo el Estado" como el ámbito territorial de sus actuaciones. Eso sí, sin renunciar a una "especial dedicación a Cataluña". Además, dejó de garantizarse que "en cualquier caso" su sede social vaya a estar siempre en Barcelona.
Hace más de tres años se aprovechó el cambio jurídico de la institución de caja de ahorros a entidad bancaria, pero a nadie escapó, en otro momento de máxima tensión en Cataluña, que, después de 110 años de historia, CaixaBank renunció a que fuera el territorio catalán quien guiara sus actuaciones. El choque de trenes de ese momento propició el giro de timón y la terrible colisión de este 2017 podría acabar materializando el cambio.
¿CORRALITO?
El traslado de la entidad financiera, no obstante, sólo protegería los fondos de los clientes de fuera de Cataluña. En la región, el escenario que se podría desencadenar es el temido 'corralito financiero' que el Govern catalán podría decretar para prevenir las salidas masivas de capitales.
Por ahora, este caso es pura especulación, pero fuentes internas del sector relatan a 'Bolsamanía' que las retiradas de depósitos de las entidades catalanas son el plato amargo con el que deben lidiar desde hace algunos días. El sector ha guardado silencio para evitar despertar la psicosis, pero el comunicado filtrado de CaixaBank abre la peor de las cajas de Pandora y proclama a los cuatro vientos lo que hasta hace escasos días se decía con la boca pequeña.
No fue así en 2015. Antes de las elecciones autonómicas del 27S, la banca suscribió un comunicado conjunto del que se desmarcó Caixa d'Enginyers y Triodos, por ejemplo, en el que advertían con "reconsiderar su implantación" en Cataluña si se producía la independencia. La votación, a la que se quiso imprimir carácter de plebiscito, provocó que la Confederación Española de Cajas de Ahorros (Ceca) y la Asociación Española de Banca (AEB) hicieran una llamada conjunta "a preservar el orden constitucional y la pertenencia a la zona euro del conjunto de España".
En esta ocasión, y ante la amenaza de que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, puede declarar la independencia en cuestión de días, el peor de los desenlaces puede darse en la banca catalana.