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La Comisión Europea ha decidido estimular el uso de combustible sostenible de aviación (SAF en inglés). Para ello, la entidad europea ha anunciado este miércoles una exención de impuestos, en su paquete de medidas, llamado 'Fit for 55'. Con ello, pretende facilitar la reducción de emisiones del 55% en 2030.

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Bajo la iniciativa 'ReFuelE', los carburantes de aviación sostenibles y alternativos se verán beneficiados con un tipo impositivo mínimo cero.

Así, las compañías aéreas, cuando estas despeguen de los aeropuertos europeos, estarán obligadas a cargar el combustible de aviación mezclado con SAF. Además, los proveedores de combustible también deberán aumentar la proporción de este carburante en las mezclas que realicen para los aviones desde 2030 hasta 2050.

Con ello, la propuesta quiere promover la difusión de biocombustibles avanzados y de combustibles sintéticos producidos a partir de electricidad verde y en consonancia con los requisitos de sostenibilidad de la Directiva revisada sobre energías renovables (DER).

"Estos combustibles son prometedores en términos de ahorro de emisiones, potencial de innovación y escalabilidad para satisfacer las necesidades futuras", ha señalado el Ejecutivo comunitario.

"Las emisiones de CO2 deben tener un precio para incentivar a consumidores, productores e innovadores a elegir las tecnologías y productos limpios", ha defendido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al presentar las medidas de la nueva 'hoja de ruta' encuanto a la lucha climática internacional en la Unión Europea. También ha justificado que el proyecto se extienda hasta los sectores de la aviación y marítimo, los cuales entrarán en el sistema europeo de comercio de emisiones.

CAMBIOS EN LA FISCALIDAD

Dentro del apartado fiscal, la Comisión ha introducido tipos impositivos mínimos aplicables a los combustibles de aviación utilizados en los vuelos intracomunitarios. Ello "permitirá tener mejor en cuenta el coste medioambiental de los combustibles fósiles y estimulará el uso de combustibles de aviación más sostenibles".

Siguiendo con esas directrices, los tipos impositivos propuestos para el combustible de aviación aumentarán gradualmente, durante un periodo de diez años, hasta llegar a un tipo mínimo de 10,75 euros/GJ en todo el terriotorio de la UE.

Con el fin de reducir la contaminación y el ruido de las aeronaves estacionarias, la propuesta presenta la obligación de suministrar electricidad a todas las aeronaves estacionarias en los aeropuertos de la red básica y la red global de la RTE-T, en vez de combustible de aviación. Es una medida que se iniciará en 2025, y a todos los puestos de campo, a partir de 2030.

La Comisión Europea también ha planteado que se quite la exención obligatoria del impuesto sobre el combustible utilizado en los vuelos intracomunitarios.

Sin embargo, en los vuelos intracomunitarios hay una elevada cuota de mercado de vuelos sólo de carga que no pueden ser gravados debido a los acuerdos internacionales. Entonces, la Directiva comunitaria ha ofrecido eximir del impuesto sobre el combustible a los vuelos sólo de carga. Así "se mantendrá la igualdad de condiciones entre los transportistas de carga de la UE y de terceros países".

En este contexto, empresas españolas como Iberia y Repsol han pactado un convenio de colaboración para avanzar hacia una movilidad más sostenible a través del biocombustible. En ese acuerdo se incluyen metas propuestas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), promovidos por Naciones Unidas en su Agenda 2030.

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, y el presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, han formalizado ya el pacto. Lo cual quiere decir se empezarán ha desarrollar programas y actividades conjuntas en los ámbitos de investigación y producción de combustibles para una aviación sostenible. Todo bajo el objetivo de reducir la huella de carbono derivada de su combustión en vuelo.

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