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BP Energía España iniciará una parada técnica general de su refinería de Castellón el próximo 15 de octubre. Esta intervención, que se repite de forma programada cada 6 años y que es necesaria para el mantenimiento y la puesta a punto de las instalaciones, se prolongará durante 52 días, y en la que prevé realizar una inversión total de 113 millones de euros.
Del total de la inversión, cerca de la mitad se destinan a nuevos proyectos y actualización de unidades existentes, y el resto a la revisión y puesta a punto de más de 600 equipos del proceso productivo de la planta. Hasta 4.000 profesionales y unas 150 empresas auxiliares intervendrán en este proceso, lo que supondrá una actividad laboral de más de un millón de horas de trabajo.
Se trata de un incremento sustancial respecto a la última parada general de la refinería, realizada en octubre de 2017. Entonces, intervinieron hasta 3.700 profesionales y conllevó una inversión de 82 millones de euros.
Este incremento de la actividad no solo será palpable de puertas hacia adentro, sino que tendrá un impacto real sobre la economía local, dadas las necesidades ligadas al incremento de mano de obra necesario para acometer los trabajos. Sectores como el de la hostelería, la restauración y el transporte se verán especialmente beneficiados por esta actividad como consecuencia del aumento de la demanda de sus servicios.
Durante la parada, la compañía llevará a cabo los primeros trabajos para iniciar la transición de la refinería en un hub de energía integrada, lo que conllevará la inversión total de más de 2.000 millones de euros. Un hub pensado para descarbonizar no sólo las operaciones de la refinería de BP, sino también las de distintos sectores productivos de la Comunitat Valenciana, y que albergará el mayor proyecto de hidrógeno verde de la comunidad.
Adicionalmente, la compañía ha diseñado un plan de medidas de forma proactiva para minimizar el impacto que la parada general pueda tener en el entorno. Entre estas iniciativas se encuentran la utilización de diferentes técnicas industriales para atenuar el efecto de algunas tareas de mantenimiento, la optimización de los procedimientos de trabajo y la instalación del prototipo de una barrera provisional, como parte del proyecto de barrera acústica promovida voluntariamente por la asociación de industrias del polígono El Serrallo (INDES).
TRANSFORMACIÓN
Desde su inauguración en 1967, la planta se ha convertido en una de las refinerías del mundo más eficientes energéticamente dentro de su categoría, según ha informado la compañía en un comunicado.
De hecho, es uno de los ejes estratégicos más importantes de BP en el sur de Europa, por lo que ocupa un lugar "muy importante" en la estrategia cero emisiones netas con la que la compañía persigue alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2050.
En los últimos meses, BP ha tejido acuerdos con distintas organizaciones de tipo público-privado encaminados a consolidar la transformación de la refinería en un hub de energía integrada.
Prueba de esto es la puesta en marcha del clúster del hidrógeno de la Comunidad Valenciana (HyVal) impulsado por BP, un ecosistema industrial que abarca toda la cadena de valor del hidrógeno renovable e integrará toda la producción de este vector energético a gran escala -al menos 200 MW en una primera fase, hasta 2 GW netos en el futuro- y su consumo en diferentes sectores industriales y económicos.
Hace ya dos años, la planta de BP en Castellón se convirtió en la primera refinería del mundo en recibir la certificación CORSIA, que la acredita como productora de SAF -combustible de aviación sostenible- para la aviación comercial. Recientemente, BP anunció la primera venta de SAF producido en la refinería de Castellón. Este biocombustible bajo en carbono está fabricado a partir de materias primas sostenibles basadas en residuos que se coprocesan junto con el combustible fósil.