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Banco Santander es el único de los acreedores de DIA que se ha resistido a firmar un acuerdo con LetterOne para garantizar una estructura de capital viable para la compañía. Una de las claves de la negociación son los bonos que vencen en julio, que el fondo de Mijaíl Fridman tiene previsto pagar para disgusto del banco de Ana Botín, y la pelea deja en medio del fuego cruzado al Banco Central Europeo.
El BCE está entre los tenedores de bonos que podrían verse obligados a asumir pérdidas si LetterOne cede a la petición de Banco Santander. El Banco de España compró los bonos de DIA en 2016 como parte del programa de compra de bonos corporativos del BCE, recoge Bloomberg.
Las negociaciones con el grupo de bancos acreedores de DIA estaban atascadas en este punto. Para Santander, el plan de LetterOne da prioridad a los bonistas mientras que pretende que la banca le aplace los vencimientos de deuda hasta 2023.
LetterOne ha cerrado un principio de acuerdo con 16 de los 17 prestatarios del crédito sindicado de DIA. Esa mayoría representan el 77,5% de la financiación, ha indicado el fondo de Fridman a la CNMV. El fondo del magnate ruso tiene por delante un fin de semana frenético si quiere evitar tener que instar el concurso de acreedores el próximo lunes, momento en que cumple el plazo de dos meses desde la junta de accionistas de DIA para revertir la situación de patrimonio neto negativo en que se encuentra la compañía. Al cierre de marzo, el grupo DIA tiene un saldo negativo de 174,9 millones, según las cuentas presentadas esta semana.