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El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha comentado que "no podemos pegarnos un tiro en el pie" en lo que a energía nuclear se refiere, por lo que considera necesario que empresas, Gobierno y reguladores tengan "la cintura necesaria para ir adaptándose en cada momento".
Durante su intervención en el VIII Foro de Energía organizado por 'El Economista', Bogas ha señalado que "las cosas no están escritas en piedra" y ha destacado que, además de perseguir el objetivo prioritario de descarbonizar, la seguridad de suministro y la competitividad también son importantes.
Sobre el hidrógeno verde, el directivo de Endesa ha comentado que cuesta actualmente entre un 10% y un 40% más que el hidrógeno gris y un 50% más que el gas. Así, Bogas ha defendido que aunque el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) dedica un capítulo a procurar que se desarrollen estas tecnologías limpias cuanto antes, "pues eso es importantísimo", si estas no se desarrollan "no vamos a ser capaces de que el cliente lo compre".
Así, aunque Bogas ha afirmado que el PNIEC le parece "ambicioso" y está "de acuerdo con él", considera que a veces se comete el error de tomar decisiones sin tener toda la información y que no se puede decir "esto lo vamos a hacer, caiga quien caiga, pues eso sería una barbaridad".
IBERDROLA PONE EL FOCO EN EL ALMACENAMIENTO
En la misma línea, el consejero delegado de Iberdrola España, Mario Ruíz-Tagle, ha hablado de la importancia del almacenamiento para cumplir el plan de cierre de las centrales nucleares y ha apostado por desarrollar las energías necesarias para cubrir esa diferencia que se va a producir por este cierre.
Para ello, el directivo considera que las baterías y el almacenamiento son un elementos importantes de cara a dar estabilidad, seguridad a la red y almacenar energías renovables.
Aunque ha insistido en que no se considere que desde Iberdrola se "quiere abrir el debate nuclear", Ruíz-Tagle ha afirmado que se debe mirar si el cierre de las centrales se va a cumplir íntegralmente y si lo que iba a reemplazar a esa potencia y a esa energía se está cumpliendo, pues según los datos que ha compartido en su intervención "el 20% de la energía generada en España en 2022 era nuclear y supone un 6% de la potencia instalada".
El cierre progresivo de los siete reactores nucleares españoles acordado en 2019 entre el Gobierno y los propietarios de las centrales (las grandes eléctricas) establece que Almaraz I cerrará en 2027, Almaraz II en 2028, Ascó I en 2030, Cofrentes en 2030, Ascó II en 2032 y Vandellós II y Trillo en 2035.
A finales de junio, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico en funciones, Teresa Ribera, manifestó que los propietarios de las centrales nucleares son "contundentes" respecto al calendario de cierre y consideran que pueden estirar un poco el funcionamiento de las plantas, tal y como se prevé en el calendario pactado en 2019, pero no quieren acometer una nueva inversión o un nuevo ciclo nuclear que "no tiene sentido económico".