La gestora estadounidense de fondos BlackRock contabilizó un beneficio neto atribuido de 1.053 millones de dólares (932 millones de euros) en el primer trimestre del año, lo que equivale a una reducción del 3,3% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según ha informado la entidad.
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La facturación neta entre enero y marzo se situó en 3.346 millones de dólares (2.961 millones de euros), un 6,6% menos que en los primeros tres meses del año pasado. Así, los ingresos por comisiones de asesoría, administración y préstamo de valores cayeron un 4,8%, hasta 2.805 millones de dólares (2.482 millones de euros), al tiempo que los ingresos por comisiones de distribución bajaron un 15,7%, hasta 262 millones de dólares (231,8 millones de euros).
De su lado, los gastos operativos descendieron hasta 2.113 millones de dólares (1.870 millones de euros), lo que representa un 4,3% menos que entre enero y marzo de 2018. La mayor parte de esa cifra se correspondió con los salarios y los incentivos extrasalariales, que se moderaron a la baja un 5,1%, hasta 1.064 millones de dólares (941 millones de euros).
"La amplitud de nuestras capacidades, la larga vida de nuestros índices, la búsqueda del rendimiento, las alternativas y el efectivo, junto con nuestra tecnología líder en la industria y las capacidades de construcción de cartera nos permitieron generar flujos sólidos y continuar satisfaciendo las necesidades cambiantes de nuestros clientes globales", ha subrayado el presidente y consejero delegado de la entidad, Laurence Fink.
BlackRock cerró el periodo de enero a marzo de 2019 con un total de 6,515 billones de dólares (5,766 billones de euros) en activos bajo gestión, un 3,2% más que a 31 de marzo de 2018.