Las biotecnológicas europeas miran al Nasdaq. De hecho, la española PharmaMar ya trabaja en dar el salto al parqué neoyorkino, aunque aún no ha concretado fechas. Las compañías consideran que en el Viejo Continente, las valoraciones que realizan los analistas sobre sus cotizaciones no son acordes con el valor real porque no tiene en cuenta todos sus activos; mientras que en Estados Unidos la situación es totalmente diferente.
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PharmaMar: a por el imponente 'gap' bajista de principios de 2018En un debate celebrado dentro del marco del Foro MedCap, el director general de la Unidad de Negocio Oncológica de PharmaMar, Luis Mora, ha señalado que sus acciones valen "lo que dice el mercado que valen". El caso de PharmaMar es el más claro. Sus acciones cerraron este martes en los 2,32 euros; mientras que los analistas le otorgan un precio objetivo de 1,87 euros y llevan cuatro meses sin recomendar su compra, según los datos de Factset
Mora ha apuntado que las valoraciones de las biotecnológicas se ven afectada por la aversión al riesgo. El miedo al fracaso que tienen los analistas sobre las investigaciones de los fármacos les hace ser más cautos en sus valoraciones, pero ha recordado que "el riesgo es inherente a cualquier investigación".
La situación de Oryzon Genomics es muy diferente. Sus títulos se pagan a 3,90 euros y su precio objetivo se sitúa en los 8,80 euros, con un 100% de recomendaciones de compra. Aún así, su director general, Carlos Buesa, también destaca que la aversión al riesgo es un "gen" de la Europa Occidental y que en EEUU es mucho más reducida. Por eso las compañías "están intentando marchar al Nasdaq", donde ya cotizan más de 200 empresas del sector, provenientes de todo el mundo.
¿CUÁL ES LA SITUACIÓN DEL SECTOR EN ESPAÑA?
El sector biotecnológico español se encuentra en una fase de "lento crecimiento", en opinión de Mora. Lo achaca a la falta de apoyo por parte de las entidades financieras, que no facilitan la financiación necesaria para poder llevar a cabo los proyectos y, también, señala al entorno político, que "tiene que levantar las barreras".
El punto de vista de Buesa es algo más optimista. Cree que la situación en España ha cambiado bastante desde la entrada de financiación por parte de inversores extranjeros y una exposición a los mercados internacionales que no desmerece a la de sus colegas europeos. Aún así, coincide en que "estamos en lento crecimiento y tenemos que ponernos las pilas".
Para el director general de Biosearch, José María Roset, el problema está en que los fondos de inversión no siempre pueden encajar con el perfil de las biotecnológicas españolas, que en su mayoría son microempresas que no facturan más de 400.000 euros, lo que demuestra que "la mayor parte del sector está expuesto a una vulnerabilidad".
En Roig Jofre, su consejero delegado, Ignasi Biosca, ha reconocido ante sus colegas el camino que han abierto Pharmamar y Oryzon, las grandes compañías biotecnológicas en España. Considera que en la actualidad, el país tiene "grandísimos" médicos, hospitales e investigadores; pero cree que el salto de calidad llegará cuando se consiga tener más fármacos españoles en todo el mundo. De momento, solo Pharmamar ha conseguido esta hazaña con 'Yondelis', un medicamento contra el cáncer que tiene origen marino.