El entorno es más complicado, pero la producción de Repsol ha cumplido con su 'hoja de ruta' al cierre de 2018 y a los analistas les gusta. La petrolera alcanzó una producción estimada de 715.000 barriles equivalentes de petróleo al día en 2018, un 2,9% más que el año anterior, con un aumento del 4,5% en el último trimestre respecto al tercero. Las cifras "mejores de lo esperado" en el negocio 'upstream' han llegado a Barclays a elevar el beneficio neto de Repsol en el cuarto trimestre en un 13%.
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"La producción trimestral aumentó sobre todo por el mejor desempeño en Latinoamérica y Norteamérica. La estacionalidad en el Gas Licuado de Petróleo (GLP) y el fuerte desempeño en petroquímicos es probable que sea suficiente para compensar el menor margen de refino", que se reduce un 7,5% frente al trimestre anterior y un 10,1% anual, apuntan los analistas de Barclays. Además del beneficio neto, se eleva la estimación de beneficio por acción para todo el año en un 3%.
Para los analistas de Berenberg, el informe de producción lanza una señal "de neutral a positiva, con sólida producción y buen aprovechamiento en 'downstream'", un resultado que coloca a la compañía "en el buen camino para lograr un sólido cierre de año". En su informe, la petrolera subraya que el entorno está en un momento "desafiante", con el precio del Brent 6,4 dólares por barril más bajo que en tercer trimestre de 2018. La situación se compensará en parte con los mayores precios de gas para el último trimestre, dada su producción en Estados Unidos.
A la espera de los resultados completos, que Repsol presentará el próximo 28 de febrero, Berenberg subraya que su "sólida posición en 'downstream' en España le proporciona cierta protección contra la caída del precio del petróleo y le coloca en buena posición para beneficiarse de la regulación sobre emisiones de azufre de la Organización Marítima Internacional (OMI) durante los próximos dos años, ya que cuenta con refinerías complejas con alta capacidad FCC (craqueo catalítico fluido)".
RIESGO EN VENEZUELA
Para los analistas de Barclays, el incremento de la tensión política eleva el riesgo de que se produzca interrupciones en la producción de petróleo en Venezuela. Después de que Nicolás Maduro asumiera hace unos días su segundo mandato, se han planteado medidas significativas como la restricción de productos o el embargo total del petróleo que el país sudamericano exporta a Estados Unidos, una medida que podría reducir su producción este año, apunta el análisis.
"Si bien estas medidas podrían tener menos impacto en el precio del petróleo que hace seis meses, la Costa del Golfo podría beneficiarse de un menor suministro de crudo pesado", añade.
Entre las petroleras integradas europeas, prosigue Barclays, Repsol es "la más expuesta a Venezuela", con un 10% de su producción en esta región. "El 80% es gas natural y cualquier potencial impacto sobre el flujo de caja será limitado", añade.