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Iberdrola celebrará el próximo 21 de marzo en Londres su 'Capital Markets Day', un evento en el que la compañía va a presentar una actualización del Plan Estratégico 2023-2025, así como las previsiones para los próximos años. A la espera de los anuncios que se realicen, los estrategas de Berenberg han decidido mantener su consejo sobre las acciones de la energética en 'mantener', aunque han rebajado el precio objetivo que les otorgan hasta los 11,50 euros, desde los 12 euros anteriores.
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Iberdrola cierra la venta de activos de generación en México por 6.200 millones"Iberdrola sigue siendo un negocio sólido y bien posicionado para acelerar el crecimiento en redes y energías renovables", defienden los analistas de la firma germana, que aunque están "en línea con las previsiones para el año fiscal 2024", esperan al próximo día del inversor para "obtener más información sobre las perspectivas a medio plazo".
Mientras tanto, han ajustado sus previsiones sobre beneficios en un +5%/-0%/+6% para los ejercicios 2024/25/26, respectivamente. ¿Por qué? Pues porque han recortado sus estimaciones sobre carbono y energía a corto y largo plazo y eso, en última instancia, pesará sobre los precios de la energía.
"Hemos modificado nuestra previsión del precio del gas para 2024 para reflejar las condiciones actuales del mercado. Sin embargo, nuestra previsión del precio del gas a largo plazo se mantiene sin cambios", reconocen desde Berenberg. Los expertos de la casa alemana comentan que hay varias presiones a corto plazo que "están pesando sobre todos los productos básicos relacionados con la energía".
Estos factores incluyen, según dicen, un "clima relativamente templado, preocupaciones sobre la demanda industrial, inventarios de almacenamiento de gas estacionalmente altos, alta producción de electricidad hidroeléctrica y eólica y menor generación de energía térmica".
"Esta tormenta perfecta ha provocado una caída de los precios del gas y del carbono, que, a su vez, son determinantes importantes del precio de la energía", comentan. En consecuencia, han decidido reducir sus expectativas de corto y largo plazo para las emisiones de carbono bajo el esquema de comercio de emisiones de la UE, lo que significa que ahora pronostican "un equilibrio de liquidez más saludable, pero aún más ajustado, durante el resto de la década".
Como resultado, añaden, esperan que el precio del carbono (y los precios de la energía) "se mantengan dentro de un rango durante los próximos años antes de embarcarse en un aumento más constante hacia el final de la década, a medida que se reduce la liquidez y aumenta la relevancia de los mayores costes de la reducción industrial".
"Esperamos que la eventual recuperación de los precios del carbono conduzca a un aumento de los precios de la energía incluso cuando se dé cabida a una mayor penetración de las energías renovables", añaden los analistas de Berenberg.
BALANCE "SÓLIDO" Y UN BUEN DIVIDENDO
Volviendo al análisis sobre Iberdrola, desde Berenberg apuntan que la compañía, que abarca todo el sector 'utilities' a escala global (Europa, Estados Unidos y Brasil), tiene "un balance sólido y métricas de deuda saludables". "Su mix de activos aporta la estabilidad de las redes con la estrategia de crecimiento de la generación de energía renovable", dicen estos expertos.
Comentan también que "la visibilidad de los dividendos es alta, con un mínimo fijado en 0,46 euros/acción para 2023-24 y 0,50 euros/acción en 2025". "Esperamos que la empresa mantenga un ratio de pago de al menos el 70%", apuntan.
Asimismo, señalan que la estrategia a largo plazo de la empresa "sustenta la transición energética, centrándose en inversiones en energías renovables, infraestructura de red, almacenamiento e hidrógeno". Como recuerdan los analistas de la firma germana, la perspectiva de Iberdrola para 2023-25 incluye 36.000 millones de euros de inversiones orgánicas, divididas en partes iguales entre energías renovables y redes.
No obstante, también ven riesgos. "Los precios de la energía y las materias primas podrían caer por debajo de nuestras previsiones, o los gobiernos podrían intervenir con límites de precios nuevos o extendidos o impuestos a las ganancias extraordinarias, lo que afectaría las ganancias de generación", destacan.
También se refieren a un posible "deterioro significativo de los rendimientos de las energías renovables", que "reduciría el valor del futuro gasoducto", así como a una "reducción o retraso en las adiciones de capacidad y el crecimiento de la RAB (base de activos regulados)", que podría reducir el crecimiento de las ganancias.
Por último, en Berenberg indican que "un movimiento significativo en los rendimientos de los bonos soberanos afectaría las tasas de descuento y la valoración" de Iberdrola.