IAG acaba de presentar unos resultados que han superado expectativas, especialmente los datos del cuarto trimestre, con un beneficio operativo un 13% por encima del consenso (655 millones de euros), pero las previsiones casi sin cambios para este 2019 han dejado a los analistas sin demasiado apetito. Aunque tiene potencial, su acción no tendrá movimiento hasta que IAG no aclare, entre otras cosas, en qué posición le deja un 'Brexit duro', apuntan los analistas de Berenberg.
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Para 2019, la matriz de Iberia, British Airways, Aer Lingus y Vueling prevé que el Ebit antes de extraordinarios (al precio actual del combustible y con tipos de cambio constantes) esté en línea con los 3.230 millones alcanzados en 2018. Eso se producirá en un ejercicio en que el grupo sumará capacidad (+5,9%) y el gasto por combustible superará los 800 millones. Tampoco esperan un crecimiento reseñable en ingresos por pasajero.
"Las estimaciones de crecimiento unitario están en línea con nuestras estimaciones. Creemos que la dinámica de capacidad en el largo radio seguirá mejorando durante el año", apuntan los analistas de Berenberg que anticipan también una mejora en el corto radio durante la primera mitad del año gracias a los recortes de rutas de Norwegian y Alitalia.
Los títulos de IAG cotizarán con descuento respecto al precio objetivo otorgado (780 libras), agregan, hasta que IAG despeje varias dudas: un incremento de sus tarifas a lo largo del año; recorte de los gastos no ligados al combustible; y la incertidumbre sobre su exposición a un Brexit duro.
El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, apuntó ayer en conferencia con analistas que el grupo ha diseñado un plan de contingencia para su operación en caso de que se produzca una ruptura entre Reino Unido y la Unión Europea sin acuerdo, pero que no van a desvelar más detalles mientras continúen las negociaciones entre Londres y Bruselas.
Berenberg mantiene sus estimaciones para 2019 sin cambios y recomendación 'comprar'.
