- El banco español obtiene el 40% de su beneficio de ese país, su principal mercado
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Andrés Manuel López Obrador, conocido ya por sus iniciales AMLO, ha calmado al mercado al prometer continuidad de las políticas económicas y descartar expropiaciones al estilo venezolano. BBVA es el más aliviado, puesto que obtiene un 40% de sus beneficios (2.162 millones de euros en 2017) en territorio azteca.
La victoria del político izquierdista aumenta la 'prima de riesgo' político del banco presidido por Francisco González, que recibió el resultado con caídas del 2% en bolsa. Pero el mercado tampoco ha entrado en pánico gracias a los mensajes de tranquilidad lanzados por López Obrador: “La transición va a ser ordenada para que se mantenga la estabilidad económica y financiera”, señaló el líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) tras confirmarse su victoria.
Andrés Abadía, economista de Pantheon Macroeconomics, destaca que “el riesgo de desorden político tras las elecciones es bajo, al menos por el momento”. Este experto también remarca que “el nuevo Gobierno mantendrá la disciplina fiscal y financiera y reconocerá los compromisos firmados con las empresas y los bancos nacionales y extranjeros”.
AMLO también ha querido dejar claro, para distanciarse de posibles comparaciones con Nicolás Maduro en Venezuela, que el nuevo Gobierno no actuará de manera arbitraria ni confiscará ni expropiará empresas. Sin embargo, la incertidumbre sobre su política económica persiste.
Para Abadía, AMLO también ha rebajado su tono crítico con Donald Trump porque “busca reforzar lazos con EEUU”. En su opinión, el mercado financiero mexicano debería recibir razonablemente bien el resultado electoral” porque la “posibilidad de confrontación con los otros partidos políticos es baja”.
En este escenario, Abadía comenta que “el principal catalizador para los activos mexicanos a medio plazo será la negociación con EEUU por el Tratado de Libre Comercio (NAFTA) y no la política doméstica”. Unas negociaciones que se prevén muy complicadas debido al tono proteccionista de la Administración Trump. El propio BBVA ha reconocido que "el principal riesgo es un deterioro en la relación comercial de EEUU".
Así, la cotización del peso mexicano es otra de las principales variables a vigilar. El banco tiene cubierto el 50% de los resultados esperados en México en 2018, pero si el peso sigue devaluándose los beneficios de la entidad sufrirán durante los próximos meses.
GASTO PÚBLICO, PRINCIPAL RIESGO
“Creemos que el riesgo es reducido puesto que López Obrador ha ido ganando en pragmatismo con el paso del tiempo, sobre todo después de su experiencia como alcalde de Ciudad de México”, comentan desde Bankinter.
Para estos expertos, el “principal riesgo es que aumente el gasto público de manera relevante para ampliar programas sociales sin encontrar nuevos recursos para incrementar ingresos fiscales, lo que aumentaría el déficit y la deuda pública”.
En su opinión, “el principal problema de México es su reducido crecimiento en combinación con una inflación más bien elevada”. No obstante, añaden que “disfruta de pleno empleo y su déficit fiscal parece manejable o incluso reducido, precisamente una de las variables sobre las cuales la victoria de López Obrador podría suponer un mayor riesgo”.
TURQUÍA, OTRO RIESGO EMERGENTE
Otra incertidumbre para BBVA es Turquía, que supone el 14% de sus ingresos y donde controla casi el 50% de Garanti Bank. El país es el tercer mercado para BBVA por detrás de España, que representa el 25,3% de sus ingresos, y de México. En el primer trimestre, el resultado atribuido en Turquía creció cerca de un 50% interanual, hasta los 201 millones de euros.
El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, ha vuelto a ganar las elecciones y su máximo reto a nivel económico es estabilizar la cotización de la lira turva. El 'talón de Aquiles' de la economía turca es su gran déficit por cuenta corriente, que le hace muy dependiente de la financiación externa y muy sensible a la fortaleza del dólar.
En positivo, el crecimiento económico de ambas naciones será sólido durante los dos próximos años. JP Morgan prevé un crecimiento del PIB de en torno al 2,5% en México en el periodo 2018-2019 y de aproximadamente el 4,3% en Turquía.
Al mismo tiempo, estos expertos estiman un crecimiento de préstamos de un dígito alto en México en 2018 y de doble dígito en Turquía. "Las métricas de calidad de los activos son sólidas, tanto para México como para Turquía", añaden desde JP Morgan.
En cualquier caso, los inversores seguirán de cerca tanto la evolución de las políticas económicas de López Obrador en México como las medidas que siga tomando Erdogan para estabilizar la lira turca. BBVA cuenta con buenas previsiones de crecimiento en ambos mercados, pero la 'prima de riesgo' política en estas dos economías emergentes puede ser un lastre demasiado potente para su comportamiento en bolsa.