- El presidente de Ausbanc culpa a Francisco González y a Villarejo de su encarcelamiento
Por si algo faltaba a los gravísimos problemas judiciales del BBVA por el caso Villarejo, ahora reaparece Luis Pineda, presidente de Ausbanc, para convertir todo esto en un sainete. Es comprensible: se enfrenta a una petición de 118 años de cárcel, así que es lógico que embarre el campo con una querella contra BBVA y el excomisario. Lo que nadie entiende es la respuesta inmediata del banco: retirar la acusación de extorsión contra su enemigo íntimo. Con todo esto, la reputación de la entidad está cada vez más enfangada en vísperas de la crucial declaración en la Audiencia Nacional de su exconsejero delegado Ángel Cano.
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Ausbanc (Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios) se dedicaba desde sus inicios a lo que en la jerga periodística se denomina "trabucazo": exigir a los bancos -también a otras empresas- inversiones publicitarias en sus publicaciones con la amenaza de publicar artículos negativos para desprestigiarles si no lo hacían.
Más tarde, amplió esta amenaza con acciones judiciales contra los que no pasaran por el aro y, finalmente, se alió con el pseudosindicato Manos Limpias de Miguel Bernard para ampliar sus objetivos a personalidades públicas; llegó a personarse como acusación popular en el caso Nóos e imputó varios delitos a la infanta Cristina, de los que finalmente fue absuelta.
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BBVA retira su acusación en el caso de la presunta extorsión de AusbancDentro de esas acciones judiciales se encuentra la denuncia por las cláusulas suelo que desembocó en la histórica sentencia del Supremo de 2013 que declaraba abusivas las de BBVA, Novacaixagalicia (hoy Abanca) y Cajamar. El propio expresidente de BBVA, Francisco González (FG), llegó a asegurar que esa condena tenía detrás el hecho de que ni BBVA, ni Cajamar, ni la entonces Novacaixagalicia "financiaban a cierto señor que todos ustedes conocen muy bien", en clara referencia a Luis Pineda.
GONZÁLEZ CONTRA PINEDA
Porque, en efecto, FG fue de los pocos en el sector que se negó a ceder a la extorsión de Pineda, lo que le costó numerosas campañas de acoso y derribo desde Ausbanc, así como varias causas judiciales. Finalmente, Pineda y Bernard fueron detenidos en abril de 2016 y serán juzgados en septiembre acusados de integrar una organización criminal dedicada a la extorsión.
Cuando Pineda salió de prisión provisional en mayo, responsabilizó directamente de su encarcelamiento a FG. Según su relato, los 6 millones pagados por BBVA al excomisario Villarejo (ya había estallado entonces este escándalo) sirvieron para elaborar un informe que provocara su detención en represalia por la condena de las cláusulas suelo.
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En esta tesitura, y justo cuando los exdirectivos del banco han empezado a desfilar por la Audiencia Nacional por el caso Villarejo (y alguno no citado ya ha apuntado a González), no resulta extraño que Pineda se querelle contra el expresidente, el banco y el expolicía; se trata de la vieja táctica de embarrar el terreno antes del inicio del juicio.
Lo que sí sorprende es que, al día siguiente, el BBVA reaccione retirando su acusación contra Pineda en el citado procedimiento. Oficialmente, el banco sostiene que "no aporta nada en este estadio final del juicio que se inicia después de verano". Es más, han añadido, "la presencia puede ser una distracción innecesaria que dificulte el proceso". Pero el 'timing' de esta decisión ha hecho levantar muchas cejas en el fundo financiero.
Por si todo esto fuera poco, el diario 'El País' (propiedad de los grandes rivales de BBVA, Santander y CaixaBank) pescaba el martes en río revuelto publicando que el BBVA cobró 100 millones por cláusulas suelo que no figuraban en las hipotecas de los clientes sin que fuera sancionado por el Banco de España.
CRISIS DE REPUTACIÓN SIN PRECEDENTES
Todos estos acontecimientos han provocado una crisis reputacional sin precedentes en el BBVA, el banco que siempre había tenido a gala evitar los charcos en que solía meterse el Santander bajo la presidencia de Emilio Botín. Una crisis que empieza a provocar la espiral habitual cuando los medios de comunicación huelen la sangre: todo el mundo empieza a buscar noticias negativas sobre el afectado (e ignoran olímpicamente las positivas), que a su vez hunden aún más su reputación... y su cotización bursátil.
Salvando las distancias, Banco Popular, DIA u OHL han probado esta amarga medicina en el pasado. La diferencia es que BBVA es muchísimo más grande y su importancia sistémica en España, Europa y América Latina es enorme, lo que puede hacer que las autoridades (no solo el BCE, sino también los Gobiernos o las instituciones comunitarias) tomen cartas en el asunto.
Mientras tanto, su actual presidente, Carlos Torres, no se quiere dar por aludido y sigue postergando sine die la investigación interna de los pagos a Villarejo pese a que todo empieza a derrumbarse a su alrededor.