• El negocio de semillas hortícolas de Bayer quedaba bajo el paraguas de la marca 'Nunhems', que cuenta con cuatro centros de trabajo en España
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La compañía farmacéutica alemana Bayer puede comenzar la integración de Monsanto desde este jueves, una vez completada la venta de 7.600 millones en activos a su rival BASF, que era la condición indispensable para ello.

En concreto, Bayer ha culminado este jueves la venta de su negocio de semillas hortícolas, que ya se había acordado el pasado mes de abril y que está valorado en 1.700 millones de euros. Unido a los activos que ya había vendido a BASF, incluyendo el negocio mundial de glufosinato de amonio o la tecnología 'LibertyLink' para la tolerancia de herbicidas, Bayer ha completado una desinversión total de 7.600 millones de euros.

Los negocios con los que se ha hecho el rival del nuevo propietario de Monsanto lograron unas ventas combinadas de 2.200 millones de euros en 2017.

El negocio de semillas hortícolas de Bayer quedaba bajo el paraguas de la marca 'Nunhems', que cuenta con cuatro centros de trabajo en España, situados en El Ejido (Almería), Cartagena (Murcia) y Paterna (Valencia).

EN CONTRA DE LA SENTENCIA A MONSANTO

La compañía alemana ha pronosticado que la compra de Monsanto tendrá un impacto positivo en las ganancias en 2019, mientras que en 2021 ya se registrará un crecimiento a doble dígito. A partir de 2022, Bayer prevé que sus resultados antes de impuestos aumentarán en cerca de 1.200 millones de dólares (1.054 millones de euros).

Por otro lado, la farmacéutica germana ha criticado la condena en Estados Unidos a Monsanto por los efectos cancerígenos de uno de sus herbicidas basados en glifosato. "La decisión del jurado está en desacuerdo con la evidencia científica, décadas de experiencia en el mundo real y las conclusiones de reguladores de todo el mundo", ha afirmado Bayer.

La compañía estadounidense fue condenada el pasado 10 de agosto a pagar 289 millones de dólares (253 millones de euros) a un jardinero con un cáncer terminal. El tribunal encargado del caso dictaminó que Monsanto no había especificado que el herbicida 'Roundup', que el jardinero usó a diario durante años y cuyo principio activo es el glifosato, podía provocar cáncer.

En 2015, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), determino que el glifosato era "probablemente cancerígeno". "Bayer confía en que el tribunal determine que Monsanto y el glifosato no son responsables", ha afirmado la compañía, ya que la sentencia es recurrible.

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