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BYD.

La mayoría de fabricantes de automóviles europeos caen en bolsa este lunes después de que la Unión Europea (UE) confirmase este viernes los aranceles a la importación de coches eléctricos producidos en China.

La proposición se aprobó gracias al voto favorable de 10 miembros, con Francia e Italia entre ellos); la oposición de 5, con Alemania como gran voz en contra de la medida; y la abstención de 12 países entre los que se encontraba España, que ha moderado su apoyo a la medida. Esta decisión permite a la Comisión Europea implementar los aranceles de hasta el 45% por un plazo de 5 años. La medida entrará en vigor en noviembre y se sumará al 10% actual a la importación de estos vehículos.

Así, los Veintisiete impondrán distintos aranceles en función del grado de cooperación con la investigación lanzada por la Comisión Europea (CE) a finales de 2023. En concreto, fabricantes como SAIC, que no cooperaron con la investigación, se enfrentarán a un arancel hasta un arancel máximo del 35,3%, frente al 7,8% que se impondrá a Tesla, el 17% a BYD o el 18,8% a Geely. Otros fabricantes que cooperaron en la investigación, pero no han sido incluidos individualmente, tendrán que hacer frente a aranceles del 20,7%.

Para los expertos de Bankinter, la noticia es "mala, aunque esperada". El objetivo, como se ha explicado en los últimos meses, de frenar la entrada en Europa de vehículos altamente subvencionados por el gobierno chino y que, según la Comisión, generan un "perjuicio económico" a los fabricantes comunitarios. Con todo, las negociaciones entre la UE y China continuarán hasta el 30 de octubre, fecha que el Ejecutivo comunitario estableció como límite legal para su investigación.

"Los mercados mundiales están ahora inundados de coches eléctricos más baratos. Y su precio se mantiene artificialmente bajo gracias a enormes subvenciones estatales. Eso está distorsionando nuestro mercado y, como no aceptamos esta distorsión desde dentro, tampoco la aceptamos desde fuera. Europa está abierta a la competencia, no a una carrera a la baja", afirmó Ursula Von der Leyen, presidenta de la CE, en su discurso anual ante el Parlamento Europeo en septiembre de 2023.

Según Bankinter, la cuota de vehículos eléctricos en la UE ha pasado en los tres últimos años del 3% a más del 20% y los importados desde China suponen alrededor del 8%. Esta cifra incluye no solo fabricantes chinos, sino también otros occidentales, como Tesla o coches de compañías europeas que fabrican sus vehículos en plantas chinas.

El riesgo para el sector manufacturero europeo son las posibles represalias por parte de China. Esto afectaría, sobre todo, a fabricantes alemanes como Volskwagen o Mercedes-Benz, que dirigen alrededor de un tercio de sus ventas a China tras varias décadas estrechando sus vínculos comerciales con el gigante asiático. Y las compañías lo han hecho saber.

"La votación de hoy es una señal fatal para la industria automovilística europea. Lo que se necesita ahora es un acuerdo rápido entre la Comisión Europea y China para evitar un conflicto comercial del que nadie salga ganando. El hecho de que Alemania haya votado en contra de los aranceles es una señal importante y aumenta las posibilidades de un acuerdo negociado", ha afirmado Oliver Zipse, consejero delegado de BMW.

De su lado, Mercedes-Benz ha explicado en un comunicado que los "aranceles punitivos empeoran la competitividad de una industria a largo plazo". La compañía tiene al presidente de Geely, Li Shufu, y al grupo chino Beijing Automotive Group entre sus principales accionistas.

Por su parte, Volkswagen cree que "todavía es posible" una "solución política" y "negociada" que evite un conflicto comercial entre Pekín y Bruselas. Cabe recordar que la compañía ha lanzado un 'profit warning' en las últimas semanas, al tiempo que otras compañías como Stellantis, Aston Martin o la ya mencionada BMW vienen alertando de la debilidad de la demanda en general y de la demanda china en particular.

Por el contrario, Francia y los fabricantes franceses han sido lo más favorables a los aranceles propuestos por Europa. ¿El motivo? Que su dependencia de las ventas chinas es mucho menor. "Los franceses no tienen tantos problemas porque no son tan activos en China, pero los fabricantes de coches alemanes… harán lo que sea para evitar las barreras comerciales", sentencia Martin Benecke, de la consultora S&P Global Mobility.

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