Banco Santander ya aparece como el principal accionista de Abengoa

En concreto, el banco que presidía Emilio Saracho tenía el mayor volumen de acciones en la firma andaluza de ingeniería, consultoría y energías renovables, siempre según los datos del regulador. Los bancos y los fondos de inversión que eran acreedores de la compañía se convirtieron en los mayores accionistas de Abengoa tras su preconcurso y el canje de deuda por títulos de la empresa, en un cambio que implicó una ampliación de capital para emitir nuevos títulos y la dilución de los antiguos dueños.

Entre los bancos acreedores estaban tanto el Santander como el Popular. Pero en el primer caso, el banco presidido por Ana Botín redujo su participación en abril desde el 9,694% hasta el 2,414%. La tónica fue generalizada. Los acreedores, reconvertidos en accionistas, fueron desfilando al reducir -o vender íntegramente- su volumen de acciones. Algo que no hizo el Popular, que se mantuvo firme en medio de su crisis con un 4,576%.

Banco Santander se quedó con el Popular por un euro -ampliará capital por 7.000 millones- después de que el Banco Central Europeo (BCE) lo declarara "inviable" y la Junta Única de Resolución (SRB, por sus siglas en inglés) decidiera subastarlo. Con esta adjudicación, además de garantizar los depósitos y los bonos sénior, se queda con sus activos. Y entre ellos está la participación en Abengoa.

Así, la CNMV ha actualizado la información sobre las participaciones significativas en Abengoa y el Santander ya aparece como el principal accionista con un 6,898%. Cuenta directamente con un 2,084% del capital. Mientras que indirectamente controlará un 4,813%, principalmente gracias al 4,505% que, finalmente, hereda de Banco Popular. A esto hay que sumar un 0,168% a través de Santander Factoring y Confirming, un 0,077% con Banco Santander Brasil, y un 0,064% con Bank Zachodni WBK.

Abengoa celebra mañana una importante junta de accionistas en la que el consejo tratará de aprobar un contrasplit a razón de una acción nueva por cada 100 antiguas. Las de clase A tienen un valor nominal de 0,02 euros, y las de clase B de 0,0002 euros. En ambos casos, sufrieron una fuerte dilución en marzo para dar entrada en el capital a los acreedores y diluir a los antiguos dueños que hundió el precio en más de un 80%. En el acumulado del año se dejan en bolsa más de un 90%, con las de tipo B en 0,11 euros y las de tipo A en 0,35 euros.